En ocasiones anteriores he dicho que para mí los venezolanos de manera empírica y tal vez inconsciente, somos catadores del chocolate. Ya que nosotros al degustar una pieza de chocolate (golosina) con un simple mordisco somos capaces de notar la ausencia de aroma o de verdadero sabor a cacao. Es decir, es impresionante como, gracias a nuestra tierra bendita, hasta nuestros chocolates más económicos tienen presencia de cacao y podemos distinguirlo.
En mi país la devoción por el chocolate es tal, que demostramos nuestro afecto con chocolate, si en nuestros bolsillos llevamos presentaciones cubiertas con chocolate, en especial una presentación de un bombón de avellana elaborado por la marca más famosa de mi país, se nos es normal compartir uno con un completo desconocido, es mas en algunas ocasiones es visto hasta como un amuleto de buena suerte, porque si la persona a quien le dimos el chocolate es la encargada de algún trámite nuestro, sentimos que luego de este obsequio será mucho más amable. O también le expresamos nuestro agradecimiento con una pieza de chocolate al momento de despedirnos.
Asimismo es común en nuestros viajes llevar cajas de chocolate, no importa cuál sea nuestro destino, sí se tratase de una ciudad europea donde se encuentre la mejor de las fabricas de chocolate del mundo, nosotros de igual forma llevaremos nuestros chocolates venezolanos, porque estamos convencidos que no hay mejor chocolate que el nuestro.
El chocolate es tan venerado aquí, que también de cierta manera guardamos nuestras esperanzas en él y lo digo con certeza porque hace unos años tuve una fabrica artesanal de bombones junto a mi familia y siempre que nuestros clientes nos comentaban las razones de su obsequió de chocolates había una intención presente, desde peticiones de matrimonio, hasta de perdón. No importaba porque querían obsequiar los bombones, lo que para ellos importaba era que estaban seguro que gracias al chocolate lograrían el efecto que ellos anhelaban en esa persona amada. Y si no son de mi país pero los conquista un venezolano o venezolana tengan por seguro que en su proceso de conquista estará presente un obsequio de chocolate, así que a disfrutarlo tanto como lo disfrutamos nosotros.
Finalmente y luego de tantas anécdotas, hace unos años comencé a preguntarle a la gente que significaba el chocolate para ellos, se lo he preguntado en su mayoría a venezolanos y cientos de respuestas o tal vez miles coinciden que para nosotros los venezolanos el chocolate es vida, es algo que necesitamos para vivir y ser felices. Así pues me despido en esta ocasión celebrando la vida al disfrutar del aroma y sabor que nos regala cada pieza de chocolate elaborada con el fruto de nuestra tierra.
Asmiriam Roa
Maestra Chocolatera.
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