Si hay lugares que de niño recuerdo cuando viajábamos, es Venecia, no se si por el, Fegato alla Veneziana, que mi padre con orgullo nos hacía comer, haciéndonos recordar el hígado encebollado que mi madre nos preparaba, y que en lo personal disfruto comiendo, o por la magia que encierra el lugar en si. Quizás para un niño de doce años el tema de la cultura, los palacios y pare usted de contar no estaba en la agenda de un viaje, pero pienso que lo que me cautivo desde ese momento hasta las veces que he vuelto a ir, es su capacidad de adecuarse a su entorno marino sin perder la grandeza de ser una de las ciudades mas románticas de Italia, Venecia, capital de la región del Veneto. Llegar a Venecia por tren es alucinante. Saliendo de la estación Central de Bologna, generalmente punto de partida para recorrer la Italia septentrional y arribando a la estación de Santa Lucia, no pasaran más de una hora y media cuando estemos cruzando el Puente de la Libertad, único acceso desde tierra firme con “la ciudad de los canales”. |
| Pueste de los Suspiros Autor Benard Bill fuente: wikipedia |
Una vez que traspasamos la puerta de salida del terminal, el impacto visual es inmediato antes nuestros ojos, la inmensidad de la arquitectura veneciana no se hace esperar, la humedad en verano, aunado al calor sofocante no es suficiente para opacar tanta belleza, la vista se pierde y las ansias de empezar a conocer es avasallante. Como toda gran ciudad tiene sus principales atracciones o lugares que la han caracterizado como las más visitadas, las más emblemáticas. Suelo ir a Venecia con calma, sin horario para pasearla, para involucrarme en su cotidianidad, aunque en un día es posible recorrerla, lo mejor es hacerlo a pie desde el mismo momento de la llegada. De no contar con ese tiempo, sugiero una vez saliendo de la estación de tren, baje las escaleras frente al canal y encontrará una parada de botes-taxis llamados vaporettos, los mismos tienen una ruta establecidas por el canal central y paradas en diversos lugares turísticos. Son la manera mas rápida y eficiente de moverse en Venecia, aunque si tiene tiempo les recomiendo que se disponga cómodamente a caminarla y maravillarse de la ciudad. Ahora bien, pasear en góndola no tiene precio y si el gondolero está de buena y cualquier euro de mas en su bolsillo podrá cantarle melodías italianas que le hará sentirse a lo Jhonny Depp o Angelina Jolie en la película El Turista.
Generalmente vamos al epicentro turístico de toda ciudad, y Venecia no se queda atrás cuando no vemos la hora de conocer lugares como la Plaza San Marcos, repletas de tantas historias como palomas sobrevolando sobre los miles de turistas que sin reparo les alimentan como una atracción en si. La Basílica, construida para resguardar los restos de San Marcos, junto al Palacio Ducal, erigido como gloria y poder de Venecia junto al Campanario de la Basílica con sus 98 metros de altura y coronando el cenit en resplandeciente color dorado la figura del Arcángel Gabriel, hacen en si la parte mas visitada de la ciudad. Si quieres sentir la angustia que pudieron padecer los condenados que eran sentenciados a muerte en el Palacio Ducal, no deje de ver el Puente de los Suspiros el cual unía la prisión de la inquisición con dicho Palacio, como la única vista del cielo y del mar antes de ser sentenciados. Es un lugar que provoca nostalgia, sentimientos de dolor, solo de imaginar el suspiro que podían exhalar antes del fatídico destino que le esperaban.
Si dispone de tiempo y de euros, dese un gustazo y seleccione un restaurante que bordee el gran canal, eso si, preferiblemente en las terrazas que sirven de apostadero a las góndolas, relájese, observe el panorama e involúcrese en el, siéntase parte de la magia de Venecia, seguro estoy que no estará solo o sola, esa compañía le hará aun mas placentero el momento, la atmosfera que se respira es única, irrepetible y sublime. Vale la pena vivir el momento, yo se los aseguro. Sino son muy amigos del hígado encebollado, les recomiendo otro plato típico veneciano a base de pescados del mar adriático, como camarones, calamares y verduras rebosadas con una mezcla de harina de trigo, huevo y sal, presentadas en un cono de papel con jugosos cuartos de limón, simplemente fantástico, querrá repetir una y otra vez, eso si con una buena copa de un buen vino blanco de Friuli, con ese frescor y sutileza que distingue a los buenos blancos del Veneto. No escatime en darse un gusto, eso es realmente lo que va a recordar una y otra vez.
Il Tramonto se apodera de los espacios, la tarde empieza a ceder los colores del atardecer veneciano cual joya de Murano, los turistas comienzan abandonar los lugares de la romántica ciudad dispuestos para ellos, y solo aquellos donde la noche nos permite disfrutarla, nos atreveremos a quedarnos en ella, con ese olor característico de sus canales, con la leve brisa proveniente del norte, con la compañía idónea para enamorar y un embriagador espumoso Bellini en la mano, como fiel celestino del comienzo de una noche que promete el placer de las estrellas al puro y romántico sabor de Venecia.
¡Buen provecho!
Humberto Silva
Maestro Panadero
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