Se trata de introducir aire en el proceso de elaboración de café cuando se está haciendo en la máquina de café. De lo que se trata es de oxigenarlo, contribuir a hacer participar al oxígeno en el proceso más de lo que lo hace.
En una máquina de café expresso, habría que bajar la palanca sobre la carga de café no una sino dos veces. De manera que el aire, el oxígeno, penetre a través de las partículas humedecidas de café en dos ocasiones y con presión.
Y ¿qué es lo que conseguimos con eso? Pues, añadimos de una forma no prevista por la máquina de café el suficiente oxígeno para que algunos de los componentes químicos de café consigan liberar en mayor cantidad los agentes que desencadenan los matices de sabor característicos del café bien hecho. El que sabe bien.
Así, que ya lo sabe, si quiere un buen café, el mejor café, haga que su máquina de café express caiga dos veces sobre la carga de café, dos veces más cerca de la distancia que le separa de un delicatessen de café, el suyo y por su propia mano.
Fuente: el-café.es
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