Continuamos con una segunda parte sobre los nombres de los vinos de Rioja. Impactó en su momento el lanzamiento de la colección del grupo Vintae ‘Spanish Withe Guerrilla’ para sus blancos varietales no autorizados por Rioja. Cada botella, elaborado de una variedad internacional, cada etiqueta, simbolizaba un guerrillero. Aún recuerdo cómo en los pasillos del Rioja fórum, con camisetas de ‘Yes We Can’, los chavales de Vintae hicieron su ‘guerrilla’ particular en el Wine Future, aquel congreso mundial que el amigo Pancho Campo trajo a La Rioja con Robert Parker a la cabeza.
Vintae lanzó también una interesante colección de Toro, ‘El Recio’, ‘El pícaro’ y ‘El viejo’, para su gama de tres vinos con unas fotos impactantes de retratos en primer plano en las etiquetas y cargadas, el manos entonces, de originalidad porque ahora ya son varios los que han seguido la misma línea.
Un tipo interesante para los nombres es Benjamín Romeo. Heredó la cueva de su padre, en las faldas del castillo de San Vicente, donde hace cientos de años los monjes contaban los pellejos que los viticultores entregaban, entre otras cosas, para el disfrute del clero. Romeo comenzó elaborando en ese ‘garaje’ y de ahí sale el nombre de su vino ‘top’, y de la bodega actual, Contador, así como la referencia más expresa de otro de sus vinos más conocidos: la Cueva del Contador.
Curiosa también es la historia de su vino blanco. Originalmente, se llamaba ‘El Contador de Gallacanta’. Gallocanta es un paraje vitícola de San Vicente y así comenzó a comercializarse el vino, pero cuando llegó al mercado de Estados Unidos el poderoso gigante vitivinícola Gallo reclamó su derecho a la marca y obligó al pequeño bodeguero riojano a retirarla del mercado americano. Romeo eligió entonces la marca ‘Qué bonito cacareaba’, en pasado, y es que al Gallocanta original lo ‘mató’ la gigante gallina americana.
Seguimos con Benjamín Romeo, porque la historia de su ‘Predicador’, tiene también su aquel. El bodeguero es fan declarado de Clint Eastwood y, especialmente, del ‘Jinete Pálido’, filme en el que el gran Eastwood interpreta a ‘El Predicador’. Romeo se fue incluso personalmente a la imprenta con un DVD (o quizás un VHS entonces) para enseñarle el fotograma al impresor en el que ‘El jinete pálido’ se quita el sombrero de copa y éste cae al suelo (ese mismo instante es la etiqueta) justo antes de comenzar a cepillarse a los pistoleros del temible comisario Stockburn.
En San Vicente también acaba de aterrizar Vega Sicilia. Pablo Álvarez, consejero delegado, confiesa que el nombre costó lo suyo y que inicialmente apostaban por ‘La Canoca’, que es un paraje de viñedo muy especial de San Vicente donde Vega Sicilia compró una finca, que precisamente ha elegido para hacer su propia selección clonal de tempranillo. Los Eguren, por ejemplo, también tienen viñedos en La Canoca, así que no fue posible registrar el nombre.
Pablo Álvarez quería a todo costa una identidad muy local para su vino porque tiene interés real en hacer un gran vino en Rioja al nivel de los que ha logrado elaborar en Valladolid -si bien la bodega ya lo hacían antes de la llegada de los Álvarez en 1982 Vega Sicilia tiene hoy más prestigio que nunca-. A los vecinos de San Vicente se les conoce como macanes, que es un antigua azada que se usaba en la Sonsierra (la macana) y así nacieron el Macán y el Macán Clásico, los dos vinos de Vega Sicilia en Rioja.
Seguiremos en un tercer post con este tema de los nombres porque da mucho juego. ¿Os animáis a poner alguno sobre la mesa?
Fuente: blogs.larioja.com
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