La sopa es un plato rico en nutrientes y bajos en calorías,dos características que nos encantan, sobre todo si estamos controlando nuestro peso y apostando en una dieta para adelgazar. No existe un horario “correcto” para tomar tu sopa favorita, pero hay consideraciones y resultados que pueden ser conseguidos de acuerdo con el horario que consumes el plato.
Tomar un plato de sopa antes de la comida es una buena alternativa para controlar el peso antes del plato principal. Una sopa ligera, rica en agua, ayudarla a reducir la cantidad de alimentos consumidos durante la comida, ya que nuestro cerebro es influenciado por el volumen de los alimentos y, momentáneamente, el volumen de la sopa ofrece saciedad.
En los días fríos, tomar una sopa como merienda no es un mal negocio. Para quien quiere adelgazar, la ración debe ser pequeña, de preferencia sopas con vegetales, evitando carnes y quesos, que seguramente ya fueron consumidos en la comida y acabarán comprometiendo el éxito de la dieta.
Como las sopas no necesitan masticación, es interesante incluir alimentos sólidos para dar sensación de saciedad, como combinar una pequeña taza de sopa con tos tostadas integrales, por ejemplo.
La sopa como plato principal es saludable, pero atención con la cantidad y tupo de carne añadida, además de los acompañantes, como panes y quesos. La sopa puede ser engrosada con tubérculos y raíces, como patata y zanahoria. Deja algunos trozos de vegetales y carnes enteros para no perder el estimulo de la masticación.
Fuente: nutricion.pro
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