Algo está cambiando el sector vitivinícola de Rusia: el país ya no es solo cuna del vodka sino también de los derivados de la uva que, poco a poco, alcanzan en calidad a productos similares a los producidos en otros países europeos.
Hasta los últimos años, el vino ofrecido a los visitantes de Rusia era o bien vinos dulces o semidulces al estilo soviético de dudosa calidad, o bien una botella de importación a precios estratosféricos. Y es que aún cuatro quintas partes de los vinos vendidos en Rusia siguen siendo variedades semidulces de baja calidad y utilizan concentrado. Y eso es un país donde las autoridades municipales de la capital del país, Moscú, prevén reducir 10 veces la cantidad de tiendas donde se venda alcohol. Así se desprende del proyecto Estrategia de Desarrollo de Moscú hasta 2015, publicado en la página oficial del Departamento de Política Económica y Desarrollo de la ciudad.
Actualmente, sin embargo, un creciente número de vinos rusos comienzan a ser producidos íntegramente en el propio país y muchos de ellos atesoran ya una excelente calidad. Aunque la mayoría de las regiones de Rusia no son adecuadas para el cultivo de la uva, dada su propia climatología, los climas más cálidos de las regiones de Krasnodar y Rostov, junto al Mar Negro, en el sur, producen vinos en la actualidad que no tienen nada que envidiar a los buenos vinos europeos. Estos vinos están producidos con uva importada de Francia y otros lugares junto con el uso de modernas tecnologías vinícolas. Desde principios de la década del 2000 han emergido bodegas de buena calidad, como la de Abrau-Durso cerca del puerto de Novorossiisk en el Mar Negro, o Chateau le Grand Vostock. Pável Titov, propietario de Abrau-Durso, comenta: "Un vino espumoso que una vez se bebió en un brindis de los zares rusos ahora se puede degustar en todo Londres. Desde el principio hemos querido ofrecer a los más exigentes bebedores de vino británicos algo diferente y original".
El cultivo de la vid al sur de Rusia, en la región del Cáucaso, precede incluso a la Antigua Grecia. La industria vinícola de Rusia comenzó realmente a finales del siglo XIX, cuando el zar Alejandro II y los nobles amantes del vino importaron las técnicas francesas de producción de vino.
Pero esta tradición dio un paso atrás durante la época soviética, cuando se formó mayoritariamente el gusto ruso por los vinos semidulces y espumosos. A muchos rusos hoy en día les desagradan los vinos secos, ya que los consideran demasiado amargos. Fue el dictador soviético Iósif Stalin, de origen georgiano, el mayor promotor de esta tradición.
En 2012 se publicó por primera vez la Guía de Vino Rusa, que describe 55 vinos de 13 bodegas rusas e incluye otras bodegas de la región de Krasnodar como Fangoria, Lefkadia y Chateau du Talus. Los mejores sumilleres rusos que participaron en la redacción de la guía tienen la certeza de que la aparición de los "grandes vinos rusos" está cerca.
Fuente: espanarusa.com
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