La primera explotación ponteareana de cerdo celta sostenible exhibe su proyecto
Cuando Olga Ruido y David Troncoso decidieron poner en marcha la explotación de cerdo celta de A Rocha, en Padróns, lo vieron como un negocio difícil, pero una oportunidad para poner en valor unos terrenos para una producción diferente a la cotidiana en la zona.
Nació en la localidad de Ponteareas la primera explotación extensiva de ganadería de "porco celta" basada en criterios de sostenibilidad, de la que ahora se aprecian los primeros resultados "con más de treinta cabezas listas para salir de la finca", afirman.
"Tras una primera fase de mucho trabajo estamos comenzado a exhibir nuestro proyecto", explica Olga. Para hacerlo pretenden que un mayor número de personas saboree la carne, haciendo más popular la misma frente a las elites de la gastronomía a las que van dirigidos este tipo de productos. "Para ello hemos iniciado estos días un programa de degustaciones del producto en diferentes localidades, donde queremos mostrar como sabe el cerdo celta criado de forma natural a todos los que quieran saborearlo..."
En opinión de David, el resultado del trabajo de estos años es un auténtico manjar, de esos de banquetes de reyes. "Auténtico marisco de cortello, pero sin cortello...", añade.
Olga explica que se cuida la alimentación cortando el paso a los transgénicos y cualquier producto sospechoso. "Se crían a base de cebada, centeno, trigo, calabazas, berzas, patata y remolacha... Todas las semillas no manipuladas genéticamente y lo que ellos quieran comer en su terreno... como hierbas y raíces de plantas", indica. "Las castañas o las "landras" (bellotas) de los carballos son alimentos de los que disfrutan cuando llega su época del año", explica.
Para poner en marcha la explotación el primer paso fue arrendar las tres hectáreas de terreno, 30.000 metros cuadrados bien situados en la zona de A Portela y crear una serie de infraestructuras adecuadas para el proyecto. Llama la atención la instalación de varias cabañas de madera en la que se albergan los cerdos por la noche y es lugar para que las madres paran a sus hijos. "Las cabañas las hicimos nosotros... Las diseñamos y construimos..." explican.
David es el que se encarga de escoger a los animales para sacrificar porque Olga les coge cariño. "La primera vez que tuvimos que retirar a uno para el matadero le dije que aún estábamos a tiempo de evitarlo... pero estos es así".
Fuente: farodevigo.es
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