Platos contundentes, vino con denominación de origen y buenas tapas son lo que ofrece esta coqueta ciudad
Logroño es ciudad de cruce de caminos y límite de fronteras, por aquí pasa el camino de Santiago francés que es recorrido por miles de peregrinos cada año que, además, aprovechan su paso para visitarla y conocerla a través de su gastronomía.
La gastronomía de la ciudad tiene mucho que ver con el terreno. Así, la ribera del Ebro proporciona una gran variedad de productos de la huerta: verduras, frutas, hortalizas y legumbres. Destacarían las patatas a la riojana, son su plato más conocido, se confecciona con patatas, pimiento, ajo, cebolla, chorizo y pimiento choricero. Otros contundentes platos son los caparrones, judías rojas con tocino, chorizo o costilla de cerdo, y las pochas, un potaje de alubias blancas cocinadas con pimiento verde y rojo, cebolla, puerro y tomate. Pero su plato estrella es la menestra riojana, con coliflor, espárragos, alcachofas, judías verdes, acelgas, guisantes y puerros.
De la sierra se obtienen los embutidos que forman parte de los deliciosos guisos, tiene especial importancia el queso Camerano de oveja, cuya alimentación de los animales es fruto del pastoreo de una vegetación natural, cuenta con la categoría de Denominación de Origen protegida, además, los montes suministran una excelente carne de vacuno y ovino. Lo que nunca puede faltar en cualquier reunión son unas buenas chuletas de cordero al sarmiento, están asadas sobre el fuego de ramas de vid secas. Otros platos llevan caza como las perdices y codornices escabechadas.
Toda comida debe estar regada con un buen vino de la tierra, ya sea blanco, rosado o tinto, con Denominación de Origen Calificada, tanto si son de la Rioja Alta o Baja, como de la Alavesa, son siempre vinos de fama internacional preparados para complacer al más exigente.
Si hablamos de vino, La Rioja elabora algunos de los mejores del mundo, y nada mejor que probarlos en Logroño, donde hay gran cultura vinícola. Como acompañamiento solo hay que acercarse a las calles Laurel y San Juan para probar sus ricas tapas.
Buen vino, buena comida y buena gente, para disfrutar de los pequeños placeres de la vida.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario