Cerveza, ¿en lata o en botellín? Hasta ahora, parecía claro que beberse una cerveza en una fría botella de vidrio era mejor que hacerlo en una lata de metal. Al fin y al cabo, las cervezas de importación y las de alta gama se suelen vender embotelladas, mientras que las marcas más baratas, las marcas blancas, lo hacen con mayor frecuencia en latas que cualquiera puede estrujar con sus manos.
Aunque el low cost siempre ha tenido una fuerte y, por otro lado, lógica, demanda, el consumo de cervezas en latas de metal decayó en los años 90, mientras que la birra embotellada le comía el terreno. Así fue hasta, más o menos, los años previos a que se desatara la crisis financiera internacional. Entonces las latas situaron su cuota de mercado en el 48% frente al 42% de las botellas. Una brecha insignificante si se compara lo que ocurría en los años 80, cuando alcanzaban, respectivamente, el 57% y el 22%.
Sin embargo, en los últimos tiempos el debate se ha abierto. Hoy, las latas representan el 53% y las botellas el 37% de la demanda. Y la razón, contra lo que se puede naturalmente pensar, no se halla en que los bolsillos estén más ajustados. O, al menos, no sólo por esto. Hay un motivo adicional que lo explica el creciente consumo de cerveza artesanal en Estados Unidos. Este sector, que ofrece cervezas de mayor calidad, nacionales y con una producción limitada, tiende desde hace unos años a comercializarlas enlatadas.
A mediados de los 80 las latas representaban casi el 60% de la demanda, frente al poco más del 20% de las botellas. En 2005 la brecha se estrechó hasta el 48% y el 42% respectivamente, pero desde entonces se ha vuelto a ensanchar y hoy sitúan su cuota en el 53% y 37%.
Este cambio no se debe al capricho de los cerveceros artesanales, sino que responde a explicaciones objetivas. En este sentido, hay que tener en cuenta que el aluminio tiene una tasa de reciclaje muy superior a la del vidrio, lo que redunda en los costes. Además, desde una perspectiva del marketing, las latas ofrecen muchas más posibilidades a la hora de crear diseños y formas atractivos para el consumidor que las botellas. Y, encima, se pueden tomar en cualquier lugar, incluidos los eventos deportivos.
Pero, sobre todo, la razón para que los cerveceros artesanales se decanten por las latas metálicas es que éstas protegen mejor la cerveza de la luz y el oxígeno, las dos grandes amenazas para la conservación de su calidad. En las botellas, aunque se utilicen vidrios marrones o verdes oscuros, siempre traspasa más luz que en las latas, y las chapas que las cierran aíslan menos.
Quizás estás pensando que todo esto está muy bien, pero qué hay del sabor a tubería que a veces dejan las latas. Esto fue precisamente uno de los factores que hizo ganar atractivo a las botellas frente a las latas, que se hacían de estaño y plomo. Hoy, sin embargo, ya no ocurre porque se fabrican de aluminio, con un revestimiento de polímero a base de agua que impide que la cerveza entre en contacto con el metal.
La tendencia de vender las cervezas artesanas en lata surgió en Estados Unidos hace ya más de una década, cuando el fabricante Oskar Blues lanzó la exitosa Dale’s Pale Ale. La última en sumarse a la ‘moda’ de las latas metálicas, según recoge Quartz, ha sido la compañía californiana Sudwerk Brewing, que nunca antes en sus 25 años de vida lo había hecho. Uno de sus dueños,Trenton Yaczan, ha asegurado que es “el momento adecuado para unirnos a la legión de cerveceros artesanales que han comenzado a poner sus cervezas en latas”.
Fuente: yahoo.com
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