No se debe a los sulfitos como muchos creen, sino a un compuesto natural orgánico presente en la uva que se considera un derivado del amoníaco
Muchas personas se quejan de que no pueden tomar vino tinto porque les duele la cabeza o les sienta mal.
Hay personas que pueden sufrir dolores de cabeza o malestar, otros se sienten pesados, cansados o decaídos y les echan la culpa a la presencia de sulfitos presentes en el vino. Nada más lejos de la realidad.
La buena noticia es que la sensibilidad al vino tinto no se trata de una enfermedad, ni tampoco de una alergia, como creen otros, sino una serie de síntomas y signos que pueden aparecer en una minoría de consumidores después de beber vino y que ha sido definida por algunos expertos médicos como una intolerancia, o como una sensibilidad por otros. No existe unanimidad al respecto.
Generalmente se achacan estos síntomas a los sulfitos del vino, aunque estas personas no suelen presentar ningún tipo de problema cuando beben blanco. Así que, teniendo en cuenta que los vinos tintos contienen mucho menos azufre que los blancos, podemos afirmar que los sulfitos no son los responsables de estos síntomas. Esto es así porque el tanino en los tintos preserva el vino (una de las funciones que cumple el azufre cuando se emplea en los vinos blancos). Lo que sí contienen los vinos tintos son componentes como la histamina y otras sustancias derivadas de la piel de la uva, el hollejo, que podrían ser las culpables de esos dolores de cabeza.
Así, sucesivos estudios e investigaciones han evidenciado y llegado a la conclusión que las responsables de la sensibilidad al vino tinto que sufren algunas personas son las histaminas.
La histamina es una amina. Las aminas son compuestos naturales de tipo orgánico, presentes en las uvas, que se consideran como derivados del amoníaco.
Las histaminas están involucrada en las respuestas del sistema inmune. También regulan funciones en el estómago y actúa como neurotransmisor en el sistema nervioso central. La amina histamina, descubierta en 1910, fue hallada por primera vez en el vino en 1954 por Tarantola.
Normalmente, la ingesta de histaminas de la piel de la uva es beneficiosa para la salud y no causa ningún tipo de problema, ya que es procesada y metabolizada rápidamente por una enzima (DiAminoOxidasa, comunmente llamada DAO). Sin embargo algunas personas presentan carencia de esta enzima concreta y esto les provoca dificultad a la hora de asimilar la histamina. Esto es lo que provoca la sensibilidad al vino tinto.
En todo caso, una cosa está clara, el dióxido de azufre o sulfitos del vino tinto no producen la sensibilidad al vino tinto, y como alternativa siempre se puede consumir otros tipos de vinos (blancos, espumosos, generosos, rosados...) con baja o nula presencia de histaminas.
Fuente: Vinetur
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