Tampoco nos engañemos: un pastel de chocolate seguirá siendo un pastel de chocolate por mucho que preparemos una receta más “ligera”. Pero la vida está para disfrutarla y no pasa nada por tomar algún dulce de vez en cuando, dentro de una alimentación saludable y con moderación. Sí que es verdad que hay ciertas pautas que podemos emplear en nuestros postres para reducir un poco las calorías, o al menos para incrementar los nutrientes saludables. Además os dejamos ideas de recetas que se pueden adaptar a estos trucos.
1. Reduce la cantidad de azúcar
Salvo en recetas de repostería especialmente complejas, como merengues o elaboraciones de alta pastelería, el contenido total de azúcar se puede rebajar. Al igual que ocurre con la sal, estamos demasiado acostumbrados a los dulces muy dulces, pero el paladar se puede reeducar. Empieza reduciendo poco a poco la cantidad de azúcar y otros endulzantes de tus recetas, y verás como al final te gustarán más los postres menos empalagosos.
Los dulces de mala calidad abusan del azúcar porque el resto de ingredientes no valen nada. Pero a mí me da rabia que un postre de chocolate no tenga sabor a cacao, o que las especias o los sabores de la fruta estén ausentes porque en un dulce sólo se percibe el dulce del azúcar. Aprovecha los demás ingredientes para dar sabor a tus recetas sin dejar todo el protagonismo a los azúcares, por ejemplo con canela, vainilla, nuez moscada, ralladura de cítricos, aroma de lavanda o frutos secos tostados.
Galletas de avena y manzana sin sin huevo, azúcar y lácteos
Cremoso de chocolate y aguacate
Barquitas de papaya con yogur y cerezas
Tartaletas ligeras de cerezas y queso crema
2. Sustituye parte de la mantequilla o el aceite por puré de frutas
Las galletas, bizcochos y muffins sencillos se prestan muy bien a este pequeño truco, especialmente lo que los angloparlantes llaman quick breads. Un señor bizcocho de toda la vida o las magdalenas tradicionales se pueden resentir si eliminamos demasiada grasa de la masa, pero los muffins y las galletas que no son recortadas admiten muchos juegos con su receta base. Los purés de frutas añaden jugosidad y humedad a las masas permitiendo reducir la cantidad de grasa.
Los sustitutos más utilizados son compota o puré de manzana o pera, plátano maduro machacado y aguacate. Estos últimos aportan además mucho sabor, pero la compota de manzana suele ser bastante neutra. Hay que tener en cuenta que cuanta más grasa eliminemos de una receta, más cambiará la textura, pero no tiene por qué ser necesariamente malo. Empieza cambiando una pequeña proporción y experimenta con los resultados a tu gusto. El aguacate funciona igual, añadiendo en su caso grasas saludables.
Receta de compota de manzana
Receta de compota de manzana con Thermomix
Bizcochitos integrales de plátano y canela
Walnut banana bread o pan de plátano y nueces
3. Utiliza harinas integrales
La harina integral no tiene menos calorías que la blanca de todo uso -a veces incluso tiene algunas más-, pero aporta interesantes valores nutricionales. Las harinas refinadas liberan rápidamente el azúcar en sangre, mientras que los productos integrales lo hacen de forma más gradual. Al usar harina integral añadimos fibra, que además de ser beneficiosa nos sacia más y evita que cojamos otra porción.
Eso sí, hay que buscar harinas integrales de calidad, y a ser posible que lo sean de verdad. Hay que leer las etiquetas para escoger aquellas elaboradas con grano completo, y no una harina refinada a la que después se le añade salvado. También es importante considerar que los productos integrales absorben más los líquidos, así que habrá que ajustar un poco a ojo la humedad de la masa si sustituimos gran cantidad de la harina por una variedad integral.
Bizcocho integral jugoso con frutas
Pan de plátano integral con semillas y nueces
Bizcocho integral de yogur y sirope de ágave
Bizcocho integral de plátano y chocolate
4. Emplea sólo las claras de los huevos
Este truco no funcionará en recetas como el tocino de cielo -obviamente-, pero en masas de repostería sencillas no suele haber problema al sustituir parte o todas las yemas de los huevos indicados en una receta por claras. Lo mejor es calcular la cantidad equivalente al peso, y para eso son muy prácticas las claras pasteurizadas que se pueden encontrar en cualquier supermercado.
Aunque la receta no lo indique, una buena idea es batir las claras a punto de nieve y añadirlas al final de la masa para incorporar aire antes de meterla al horno. Si hemos reducido la cantidad de grasa de la receta lo más probable es que tengamos un bizcocho o muffins más densos, por lo que incorporar esponjosidad extra mediante las claras montadas mejorará la textura.
5. Añade verduras y legumbres
Ya no sorprende a casi nadie encontrar pasteles de zanahoria, calabacín, calabaza o remolacha, pero conviene recordar que pueden ser un ingrediente extra saludable para todo tipo de dulces. Al igual que los purés de fruta, una taza de zanahoria o calabacín rallado suma jugosidad y permite sustituir parte de la mantequilla o el aceite. Lo mejor es dejar que escurran el agua unos minutos antes de añadirlos a la masa, ya que contienen mucho líquido que pueden variar la consistencia de la mezcla.
Las legumbres suman más calorías pero también proteínas, fibra, vitaminas y minerales, además de hidratos de carbono mucho más saludables. Funcionan especialmente bien en postres más densos y cremosos, como los puddings, cremas, pasteles húmedos o brownies. Las alubias o judías negras y rojas son las mejores para estos dulces, y simplemente hay que triturarlas muy bien una vez cocidas para sustituir la mantequilla en la misma proporción.
Cómo hacer el auténtico carrot cake
Brownie vegano de calabacín
Pastel de calabaza
Brownie de remolacha
6. Utiliza productos desnatados y sin endulzar
A la hora de preparar un postre no viene mal ahorrar todos los “extras” que podamos. Si vamos a hacer un bizcocho de chocolate es absurdo sumar más calorías y azúcar utilizando cacao o chocolate con leche y azúcar. Utiliza siempre cacao puro sin azúcar añadido, y un chocolate con alto porcentaje de cacao. Olvídate de los chips que ya venden preparados, suele tener mucho azúcar, es preferible comprar una tableta y picarlo a mano. Quedará rústico, pero mejor.
Los productos lácteos también se puedens sustituir, en general, por sus versiones desnatadas. Ingredientes como la leche, el queso crema, el yogur y el queso fresco batido desnatados funcionan prácticamente igual de bien que sus homólogos enteros, y siempre es preferible evitar las versiones edulcoradas. La misma idea la podemos aplicar a las mermeladas y jaleas que se suelen usar como relleno. Busca las variedades con mayor proporción de fruta o, mejor, prepara tú mismo una compota con muy poco azúcar, usando la mejor fruta que puedas encontrar.
Bizcocho de chocolate y centeno sin aceite, huevos ni lácteos
Tarta de fresas y yogur
Bizcocho de yogur con jínjoles
Bundt cake de avellanas, yogur y cacao
Panna cotta light al cardamomo con melocotón
7. Prescinde de coberturas, frosting y glaseados pesados
Piénsalo por un momento: ¿realmente necesita tu bizocho una capa de varios centímetros de crema de mantequilla o tus galletas una glasa espesa azucarada? Las coberturas añaden muchas calorías y grasa a los postres, y no siempre son necesarias. Un poco de azúcar gláse tamizado también da un toque bonito y elegante, o una compota ligera de frutas que preparemos nosotros mismos. Las galletas las puedes decorar con huevo batido antes de hornear y unos frutos secos al natural.
Si no quieres prescindir de la cobertura reduce al menos las cantidades. En una tarta puedes sumarte a la moda de las naked cakes, que sólo van rellenas entre sus pisos pero dejan el exterior “desnudo”. Las cremas de queso son una buena alternativa a lasbuttercreams más pesadas, siempre que no busques hacer virguerías decorativas.Elimina la mantequilla de la ecuación, reduce el azúcar y utiliza queso crema desnatado mezclado con yogur natural.
Pastel de chocolate y avellana sin gluten
Pastel de pera y manzana
Pastel rápido de naranja
Pastel de queso ricotta y uvas pasas cocidas al Marsala
Vuelvo a insistir en que no todas las recetas de repostería funcionarán bien si eliminamos las grasas o reducimos drásticamente el azúcar que se nos indique, pero en general los postres y dulces más habituales pueden hacerse un poco más saludables aplicando estos sencillos trucos. La textura y el sabor variará más o menos, pero si experimentamos poco a poco nos iremos acostumbrando a postres menos pecaminosos. Con un poco de cabeza y moderación, todos podemos disfrutar de un capricho dulce de vez en cuando.
LILIANA FUCHS
Fuente: Directo al Paladar
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