El Gourmet Urbano: Cereal Hunters, o por qué una cafetería española con 150 tipos de cereales no tiene nada de raro

domingo, 12 de junio de 2016

Cereal Hunters, o por qué una cafetería española con 150 tipos de cereales no tiene nada de raro

Cereal Hunters, o por qué una cafetería española con 150 tipos de cereales no tiene nada de raro

Cereal Hunters Café abrió sus puertas en el borde del madrileño barrio de Malasaña este fin de semana, armados con 157 tipos de cereales y veintitantos tipos de leche. No, no sabíamos que había tantas. Tampoco sus cuatro socios cuando decidieron embarcarse en una aventura inspirada directamente en Cereal Killers. Un garito londinense que se convirtió desde su apertura en uno de los emblemas de la gentrificación, señalado por periodistas y anarquistas de diseño como la claudicación del mundo ante los hipsters. Y eso que ni siquiera era algo nuevo: sólo la traducción a Inglaterra de algo que en Estados Unidos ya existía desde al menos una década antes.

Mira esta foto la próxima vez que estés en el supermercado. Y llora.© Cereal Hunters Cafe


Sin embargo, Cereal Hunters “no puede tener ese problema”, como señala Marcos, uno de los socios, que conoce de primera mano la referencia porque vivía en Inglaterra: “sí, también entré [en Killers] para hacerme una foto con la leche y los cereales”. Porque a Cereal Killers “les señalaron como la cara visible del encarecimiento del barrio”, Tower Hamlets. Primero en una entrevista en Channel 4 y más tarde con una protesta tan hipsterizada como el propio negocio.


Y Cereal Hunters se ha encontrado lo contrario: una Malasaña que hace ya mucho que culminó su conversión de barrio alternativo a parque temático de la modernidad. Una conversión teledirigida donde no no queda nada que gentrificar, tras años de cupcakes y cuquishops sustituyendo garitos de mugre y ruido. Donde en la versión patria, los de los cereales tuvieron que esperar hasta casi tirar la toalla a que les hicieran un hueco. En un barrio donde las licencias son un coto cerrado y se traspasan a precio de oro.

Lo curioso es que, en el poco tiempo que llevan abiertos, también se ha notado la propia desaparición del moderno epicéntrico, ocupado ahora en conquistar el sur de Madrid, mientras algunos titulares adoptan tonterías supremas como Bruclin (y mira que era difícil de superar el escatérgoris Triballcomo Tribeca castizo) para eso que hay del otro lado del Manzanares.

Así, Cereal Hunter es la normalidad. Es exactamente lo que pretende ser: un sitio diseñado para convertir el bol de leche y cereales en el momento Instagram perfecto, que atrae a curiosos, turistas, gente “entre 20 y 35 años o más” que, sorprendentemente, conforman un público que no se ha dejado llevar por la nostalgia mal entendida.


O de la reivindicación de la infancia que contemplábamos en la tele o en los tebeos: “piden menos Lucky Charms y Fruit Loops de lo que esperábamos”, me cuentan. “Quieren probar cosas nuevas. Nosotros aconsejamos, claro, pero nos ha sorprendido mucho que Reese’s, que era una marca que pensábamos que aquí no conocía nadie, haya triunfado bastante”. O que leches con nombres como kamut se hayan abierto paso frente a las vegetales más tradicionales.

O que no busquen el desayuno como tal. Durante el fin de semana “ha venido mucha gente tanto antes como después de comer”, explica Cristina, que manejaba el embrión de la idea más o menos al mismo tiempo que Cereal Killer abría sus puertas. Pero que no esperaba que la gente decidiese plantearse unos Krave o unos Hershey’s como sustituto del brunch. O que en tuiter haya gente ya presumiendo de desayunar cereales a las cinco y media de la tarde de un sábado, que es la hora que mejor habla de cómo fue tu viernes noche.


Y sí, se busca la foto, la experiencia estética. “Nos piden la caja de cereal para sacarla en la foto. También la tarjeta del local para colocarla al milímetro en la bandeja. Incluso hemos visto ya vídeos de gente echando la leche a cámara lenta sobre los cereales”. No es nada nuevo. Mientras esperaba a que abriesen he estado en un bar de toda la vida y contundente tortilla a menos de 30 metros, donde cuatro personas hacían el equivalente con el pincho de desayuno. No hay discordancia ya.

Cereal Hunters tiene a favor la novedad y el chute temporal que supone mirar a las cajas de coleccionista que decoran sus paredes: cereales de Michael Jordan, restos de la Batmanía del 89, príncipes de hace más de 25 años de impoluta y sellada caja blanca.


“Las encontramos en eBay. Lo de los coleccionistas de cajas de cereales es una locura: las mandan en muchos casos en sus propias bolsas de plástico para que se conserven así. Y te pueden pedir desde 70 dólares hasta mil dólares”.

A cambio, unos cereales de importación, una leche premium -de color azul, por ejemplo- y un topping a elegir pueden salir por unos cuatro euros. Exactamente lo mismo que cuestan el café y el pincho de tortilla a pocos metros de distancia.

Fuente: Revistagq

No hay comentarios. :