Dulce rancio

BUDDY Valastro es a la repostería en Estados Unidos, lo que Iker Jiménez en España a lo paranormal. Casi sinónimos. El nuevo canal DKiss, dirigido a un público femenino, en su presentación dejó caer que quería "romper los estereotipos" en lo referente a lo que les gusta ver en televisión a las mujeres. Pero en su parrilla, al menos de momento, vemos lo mismo de siempre, un Divinity incluso venido a menos diría yo. 

Foto: brides.com

Tu pastelería al rescate, el segundo docurreality que ve la luz del repostero Buddy Valastro tras el exitoso El rey de las tartas (Cake Boss), es una de las estrellas de la poco novedosa programación de DKiss en su arranque. Buddy visita pastelerías con problemas para ayudar a reflotarlas. ¿Les suena? Lo mismo que en Pesadilla en la cocina (piensen en la adaptación que prefieran, incluso en la española), pero entre tartas y dulces. Lo cierto es que el formato tiene tantos hijos pequeños que casi es imposible enumerarlos todos.

El primero, El rey de las tartas, encumbró a la fama y al reconocimiento mediático a este pastelero italoestadounidense. Ahora, con Tu pastelería al rescate, Valastro afianza su popularidad y su tirón con una cara de bonachón que no puede con ella y una familia detrás que parece salida de Cosas de casa o La hora de Bill Cosby. Y es que, desde que heredó la pastelería de su padre, Carlo's Bakery, en Nueva Jersey, Buddy supo demostrar que con perseverancia y mucho trabajo se puede lograr cualquier cosa. ¿Su secreto? Es capaz de vencer los límites de la física con sus enormes tartas que, encima, al parecer son deliciosas.

En Tu pastelería al rescate, el chef, al estilo de Chicote en España pero con más pinta de buena gente, pone a prueba toda su experiencia empresarial acumulada en su establecimiento y sus innumerables sus sucursales para tutelar aquellos negocios en peligro de cierre. Reactivar panaderías, crear un nuevo menú más atractivo, actualizar la decoración y optimizar recursos; Buddy no se pone límites a la hora de potenciar todos los activos que marcan la diferencia entre un negocio próspero y una empresa en ruinas.



Valastro personifica como nadie el éxito empresarial y la dedicación profesional. Su negocio, que recibe pedidos ya de todas partes del mundo, sigue la base de una empresa familiar en la que la implicación en el trabajo es un pilar fundamental. Se define "obsesivo compulsivo" y se lava las manos cincuenta veces al día para tenerlas siempre limpias (lo vemos en sus programas). Su segunda aportación televisiva no aporta, valga la redundancia, nada nuevo. Entretiene, pero más que a dulce, sabe a rancio.

FÁTIMA DÍAZ

Fuente: Diario de Sevilla