El Gourmet Urbano: La búsqueda constante de sensaciones nuevas revoluciona cavas, vinos o cervezas

jueves, 11 de agosto de 2016

La búsqueda constante de sensaciones nuevas revoluciona cavas, vinos o cervezas

Las bebidas alcohólicas de gran consumo están creando un escenario tan cambiante que obliga a los productores a reinventarse constantemente

Importa el qué pero también el cómo, en muchas ocasiones de forma superlativa. Se buscan constantemente nuevas sensaciones, sabores y experiencias. La novedad es un valor en auge que convive con el esnobismo, ahora postureo. Lo viejo vuelve, pero reinventado. Todo entre una competencia feroz, con una oferta que se multiplica y crece muchas veces más rápido que la demanda, sumergiendo al consumidor entre una oferta casi infinita con decenas de nuevas etiquetas, se hable de vino,cerveza, cava, copas o cócteles. “Es bueno siempre y cuando no nos obsesionemos, fijaos si no en los vinos: de zona de finca, de costero, de villa, naturales, ecológicos, biodinámicos, de autor, de garnacha negra, peluda o roja...”, ejemplifica el enólogo Toni Sánchez Ortiz (URV), que además de asesorar bodegas en la creación de nuevos vinos produce los suyos propios y ha creado la primera cerveza de garnacha catalana.

Champán ‘on the rocks’ (Ben Gabbe / Getty)

Las bebidas alcohólicas de gran consumo están creando un escenario tan cambiante que obliga a los productores a reinventarse constantemente y obsesiona a los expertos dedicados a identificar gustos y nuevas preferencias de los consumidores. Casi nada se considera ya un sacrilegio, las probaturas se premian y los puristas ­pierden terreno ante los nuevos públicos, especialmente si son paladares jóvenes. “Además de la diversificación, pienso que hemos de encontrar nuevas vías para abrirnos al máximo de clientes, especialmente a la gente joven. En el caso del cava con hielo, es una forma de hacerlo más atractivo al consumidor joven, que quiere divertirse bebiendo. La gente pide cambios”, destaca la enóloga Assumpta Mateos, profesora de la facultad de Enología de la Universitat Rovira i Virgili (URV).

Primero el champán, ahora también el cava, son dos de los últimos ejemplos de las bebidas mutantes. Buscando una nueva forma de tomar el popular vino espumoso, Möet & Chandon decidió introducir en el mercado un champán creado para beber con hielo y de una nueva manera: en una copa de balón, como si se estuviera degustando un gin-tonic. Adiós a las tradicionales copas alargadas y a las viejas burbujas.

“Ya no puede considerarse un producto minoritario”, destaca Alberto Muñoz, portavoz de la distribuidora Licores Reyes, que empezó a vender las primeras botellas de Moët Ice en España.

“Vamos cada vez más hacia parcelas más concretas, como pasa con la gastronomía o los vinos. Estamos subdividiendo los alimentos y desgranando todas sus partes. Creo que el ser humano se está descubriendo a él mismo y hace lo mismo con su entorno”, argumenta Sánchez. Precisamente enólogos, sommeliers y elaboradores se están aliando cada vez más con la gastronomía, en un sentido amplio, para crear e introducir nuevos sabores. “Buscamos la inspiración en la alta cocina, ahora estamos probando por ejemplo una cerveza negra con postres de chocolate”, dice Ramon Ollé, productor artesano, premiado internacionalmente por la cerveza Rosita.

La liturgia es extraordinariamente trascendente cuando se habla de copas, sean para tomar un vino biodinámico, el último cóctel de moda o una cerveza artesana con miel de romero. Todo importa y casi todo vale. Bautizado como champán ice, ya ha despertado el interés de los competidores. Uno de los grandes productores de cava acaba de presentar Freixenet Ice, en una botella blanca, para seducir, explícitamente, al público joven. “Responde a una tendencia global, especialmente entre los millennials, hacia los espumosos refrescantes y fáciles de beber”, sostiene Freixenet. “Hemos de hacer que los vinos sean drinkability, fáciles de beber. Todos esconden una historia o un tesoro profundo, quien la descubre perfecto, quien no, no pasa nada, lo puede disfrutar igual”, argumenta Ruth Troyano, periodista especializada en ­turismo enológico y sommelier profesional. “No siempre el consumidor tiene interés por conocer las variedades o denominaciones de origen, y quiere simplemente tomarse un refresco; si la salida es esta, bienvenida sea, es una forma de abrirse a tipos de mercados distintos”, añade Mateos.

Buscando nuevos clientes, los elaboradores de cava se han aliado con el atractivo escaparate de la coctelería, tan vinculado a la noche, la juventud y la transgresión. Javier de las Muelas, propietario de la coctelería Dry Martini, ha diseñado para Freixenet varios cóctels para tomar con el cava con hielo, mezclando cintas de pepino, licor de melocotón, jengibre o pomelo. “Se agradece que tenga este punto divertido, el cava es muy serio. Y por la burbuja y la acidez que tiene, este es perfecto para servirlo con hielo”, destaca Gerard Acereda, socio de De las Muelas.

Saber navegar con sentido común en un mundo tan diverso, sometido a tantos intereses comerciales, se vislumbra cada vez más complejo para el consumidor, desee probar un vino, una cerveza, un vermut, también de moda, o simplemente refrescarse con una buena copa.

Bebidas tradicionales, como por ejemplo los vinos rancios o la ratafía, asociadas a un público envejecido, también se están reinventando para ganar nuevos públicos, encontrar un cliente relevo, mejorar su visibilidad e incluso saltar fronteras. “Hay una tendencia creciente de descubrimiento del sherry, los vinos de jerez. En Londres hay muchos sherry wines y aquí empieza a interesar. Son vinos que quieren entrar en las generaciones más jóvenes”, destaca Troyano. Y ojo: los clásicos siguen teniendo un papel dominante cuando se habla de los grandes ventas. “El consumo está más estabilizado de lo que muchos creen. Las botellas más vendidas son las que se han vendido desde hace lustros sin apenas cambio”, destaca Muñoz, de Licores Reyes, distribuidora líder en la comunidad de Madrid. “La mayoría quiere beber lo que ha bebido antes y le sabe bien, apostar sobre seguro”, apostilla.

ESTEVE GIRALT

Fuente: La Vanguardia

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