El Gourmet Urbano: Las 9 cosas que tienes que saber para preparar un buen té

martes, 9 de agosto de 2016

Las 9 cosas que tienes que saber para preparar un buen té

Sigue estos pasos y descubre cómo disfrutar de un delicioso té. Diego Morlachetti, Tea Master Certificado y Codirector de la Escuela Argentina de Té, nos explicó el paso a paso para no fallar en la preparación de esta bebida.

1. ¡Presta atención al agua!


El agua tiene que ser fresca, de la canilla. Como su calidad varía mucho según las regiones, si es muy clorada hay que usar agua de filtro, pero nunca agua mineral, ya que contiene sodio, potasio y otras sales minerales que le dan dureza y afectan la calidad de la infusión. Debe estar recién hervida, y nunca sobre-hervida, porque al hacerlo se elimina el oxigeno disuelto y esto afecta la calidad de la infusión.



2. Si vas a elegir entre hebras o saquitos…


Tienes que tener en cuenta que la calidad de un té no está dada por el hecho de presentarse en hebras o en saquitos. Hay hebras excelentes y hebras de mala calidad, lo mismo pasa con los saquitos. La diferencia entre ambos está en el proceso, específicamente en el tipo de molienda. Mientras que para producir hebras se utilizan máquinas que muelen el té en partículas grandes, para producir saquitos se muele en partículas finas. Las diferencias en el proceso repercuten en la infusión posterior: en la taza, un buen té preparado con saquitos se distinguirá por su buen color, la fuerza y la viveza de su licor. Un té preparado con hebras en cambio, tal vez resulte menos intenso en fuerza y sabor, pero prevalecerá en sabor y luminosidad. En ambos casos, la calidad de la materia prima y del proceso de molienda, que siempre debe realizarse antes del secado y la clasificación, serán la clave para una buena infusión.

3. ¿Prefieres el clásico sabor del té negro?


Para prepararlo, pon en una tetera tantos saquitos como tazas quieras servir. Si es en hebras, calcula una cucharadita de té (2 grs.) por cada taza. Luego, calentá el agua hasta el primer hervor, 90 ó 95°C (no debe estar sobre-hervida). Serví y deja reposar aproximadamente tres minutos en el caso de los saquitos, y dos minutos más si se trata de té en hebras, según la fuerza que le quieras dar a la infusión.

4. Si optaste por el té verde…


Entonces presta atención a la temperatura del agua, porque es mejor retirarla unos minutos antes de que hierva, a una temperatura de 70°C aproximadamente. Al igual que para el té negro, también hay que calcular un saquito por taza, verter el agua sobre el saquito y dejar reposar 3 minutos.

5. ¿Quieres añadirle leche?


Si elegiste una variedad de carácter intenso como por ejemplo Taragüi Clásico o English Breakfast, la leche puede sentarle muy bien y suavizar su astringencia. Esta es una costumbre occidental que en general y según el gusto de cada uno, armoniza con aquellos tés de tipo más vigoroso. ¡Pero cuidado! Hay que tener presente que la leche no se lleva bien con el sabor de ciertos tés negros como los Darjeeling o los Ceylon, y ciertamente no combina para nada con los tés verdes ni los aromatizados.

6. El azúcar, una eterna discusión…


Si eres de los que disfrutan de un té con azúcar, no dejes que te menosprecien. Aunque los chinos no tenían la costumbre de endulzarlo y algunos especialistas sostienen que enmascara el sabor de la infusión, otros opinan lo contrario, especialmente en lo que se refiere a los tés saborizados con frutas. Como vemos, esta también es una cuestión de gustos.

7. ¿Pensaste en la posibilidad de tomarlo helado?


En verano, ni lo dudes. Para prepararlo emplea el doble de la cantidad -en saquitos o en hebras- que usarías para una infusión normal, de manera de obtener un té mucho más fuerte. Después, sírvelo en un vaso lleno con cubitos de hielo. Se puede endulzar y agregarle hojas de menta, rodajas de limón o de naranja.

8. ¡Guardalo bien para la próxima!


Una vez abierto el estuche de té y retirada la envoltura exterior que lo recubre, es importante conservar los saquitos o hebras de té en un recipiente hermético que los proteja de la luz y de la humedad ambiente, lejos de alimentos con olores fuertes que los contaminen. Si en cambio tienes saquitos con una buena sobreenvoltura exterior no te preocupes, ya están a salvo de cualquier agente externo.

9. ¿Sabías que además te hace bien?


Si ya preparaste tu té y estás a punto de disfrutarlo, hacelo por partida doble. El té no sólo es rico, sino también un gran aliado de la salud. La mayoría de sus virtudes se encuentran en el poder antioxidante de sus compuestos, que hacen del té un excelente vehículo para prevenir el envejecimiento celular. A diferencia del té negro, el té verde no pasa por el proceso de fermentación de sus hojas; por eso, además de conservar un color verde brillante, posee aún más propiedades antioxidantes que el negro. En cualquiera de sus versiones no sólo es una bebida natural y deliciosa, sino que además hace bien.

Fuente: El Clarín

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