A mediados del siglo XIX, la duquesa Anna de Bedford pidió que comenzaran a servirle en su habitación una “merienda” por la tarde. Estaba acompañado de sandwiches y pastelería.
La historia del té tiene detalles para el encanto, varios de ellos originados, como ya hemos venido comentando, en Gran Bretaña.
En la edición anterior te contamos que fue Catalina de Braganza, la nueva reina del Reino Unido, quien dio a conocer el té en la región alrededor de 1662.
En la edición anterior te contamos que fue Catalina de Braganza, la nueva reina del Reino Unido, quien dio a conocer el té en la región alrededor de 1662.
Alina Mailhos y Marcela Paz (sommeliers de té - Culté)
Sin embargo, el costo de esta infusión era muy elevado y sólo la aristocracia podía costearlo por lo que las clases menos pudientes se veían obligadas a conseguirlo a través del mercado negro.
La infusión se fue popularizando cada vez más entre todas las clases sociales al punto que llegó a convertirse en la bebida más popular de toda Gran Bretaña para el siglo XVIII. Y así fue que, sin quererlo, el té de la tarde se fue convirtiendo en tradición. La élite británica comía dos veces por día: desayuno y cena.
Sin embargo, hacia mediados del siglo XIX, la duquesa Anna de Bedford pidió que comenzaran a servirle en su habitación una “merienda” por la tarde, para mitigar el hambre que sufría entre las dos comidas principales. Se ofrecía té acompañado de sandwiches y pastelería.
La duquesa comenzó a invitar a sus amistades, logrando que un simple capricho por saciar su hambre terminara transformándose en un ritual social obligado de la clase alta británica.
La Reina Victoria, quien era amiga de Anna, no dudó en reproducir esta ceremonia diariamente. Las denominadas “Fiestas de té” (‘Tea parties’, en inglés) debían terminar a las 7 pm para que los comensales pudieran prepararse para la cena de las 9 pm.
El clásico “Five o’clock Tea” consiste en una selección de sandwiches, scones con mermelada, crema y pastelería. Esta ceremonia también se conoce como “té de la tarde” o “low tea”; haciendo referencia a la altura de las mesas donde se servía el té y la pastelería a la clase alta.
El servicio se hacía en mesas bajas, rodeadas de sillones, predisponiendo a una amena reunión social.
Las clases trabajadoras, por el contrario, empezaron a adoptar una media tarde-cena, pues salían de trabajar alrededor de las 6 de la tarde llegando a sus casas exhaustos después de un día agotador.
Al ser una mezcla de media tarde con cena, se servía el té acompañado de carnes, manteca, vegetales, pan y queso entre otros. Se servía en la mesa que utilizaban para cenar, que era alta, motivo por el cual a este tipo de comida se la llamó “High Tea”.
En la actualidad estas costumbres han sido remplazadas por comidas más sencillas y rápidas, debido a los horarios de trabajo.
La infusión se fue popularizando cada vez más entre todas las clases sociales al punto que llegó a convertirse en la bebida más popular de toda Gran Bretaña para el siglo XVIII. Y así fue que, sin quererlo, el té de la tarde se fue convirtiendo en tradición. La élite británica comía dos veces por día: desayuno y cena.
Sin embargo, hacia mediados del siglo XIX, la duquesa Anna de Bedford pidió que comenzaran a servirle en su habitación una “merienda” por la tarde, para mitigar el hambre que sufría entre las dos comidas principales. Se ofrecía té acompañado de sandwiches y pastelería.
La duquesa comenzó a invitar a sus amistades, logrando que un simple capricho por saciar su hambre terminara transformándose en un ritual social obligado de la clase alta británica.
La Reina Victoria, quien era amiga de Anna, no dudó en reproducir esta ceremonia diariamente. Las denominadas “Fiestas de té” (‘Tea parties’, en inglés) debían terminar a las 7 pm para que los comensales pudieran prepararse para la cena de las 9 pm.
El clásico “Five o’clock Tea” consiste en una selección de sandwiches, scones con mermelada, crema y pastelería. Esta ceremonia también se conoce como “té de la tarde” o “low tea”; haciendo referencia a la altura de las mesas donde se servía el té y la pastelería a la clase alta.
El servicio se hacía en mesas bajas, rodeadas de sillones, predisponiendo a una amena reunión social.
Las clases trabajadoras, por el contrario, empezaron a adoptar una media tarde-cena, pues salían de trabajar alrededor de las 6 de la tarde llegando a sus casas exhaustos después de un día agotador.
Al ser una mezcla de media tarde con cena, se servía el té acompañado de carnes, manteca, vegetales, pan y queso entre otros. Se servía en la mesa que utilizaban para cenar, que era alta, motivo por el cual a este tipo de comida se la llamó “High Tea”.
En la actualidad estas costumbres han sido remplazadas por comidas más sencillas y rápidas, debido a los horarios de trabajo.
Fuente: losandes.com.ar
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