A los fans de lo artesanal y orgánico les m̶a̶m̶a̶ gusta esto.
Una taza de “Black Ivory”, el café refinado por elefantes, puede llegar a costar más de 60 dólares (como 1140 pesos).
Sí, poco más de mil pesotes por un café cuyo grano es recogido de las heces de elefantes.
Imagen: EFE
Blake Dinkin es un emprendedor canadiense que buscaba crear una industria "más sostenible" y que aportara "un beneficio a la sociedad", después de haber trabajado en proyectos de café de civieta, industria que también refina el grano de café, pero con civietas de palmeras.
Y lo logró. Su café tiene un proceso completamente artesanal y orgánico.
El proceso es así: una vez que los elefantes ingieren los granos (obviamente selectos granos de café arábico tailandés), junto con arroz, fruta y otros vegetales, pasan de 15 a 70 horas para que lo digieran.
Durante ese tiempo, hay una reacción enzimática que rompe las proteínas del café (que causan el sabor amargo), por lo que el café es más suave. Ya que los elefantes son prácticamente vegetarianos, su proceso de digestión incluye fermentación (excelente para hacer café, vino o cerveza), que le da un sabor achocolatado, a cereza o de malta.
Además, los granos son recogidos por las familias que ayudan en la Fundación Triángulo de Oro, con una retribución de 350 baht (10 dólares o 9.3 euros) por kilo. Mucho más de lo que les pagan por recogerlo de las montañas (7 baht).
Así que este es un café verdaderamente orgánico, artesanal y sustentable directo desde Tailandia.
Perfeccionar este proceso le ha tomado 10 años y también fabrica cerveza.
Aunque es un producto típico de hoteles de cinco estrellas y restaurantes con estrella Michelín, y aún no está disponible en la Condesa, se puede adquirir por internet.
Eloísa Carmona
*Con información de Excélsior
Fuente: Swagger
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