El Gourmet Urbano: Por qué deberías beber el vino en cartón y no en botella

jueves, 18 de mayo de 2017

Por qué deberías beber el vino en cartón y no en botella

Tradicionalmente asociado a caldos de mala calidad, el Tetra Brik tiene numerosas y evidentes ventajas respecto al cristal. Algunos productores lo están teniendo en cuenta

¿Por qué los buenos caldos se presentan siempre en botella? Como material, el vidrio no modifica el sabor de aquello que contiene. Por este motivo, ha sido un magnifico contenedor para el vino desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, cargamos con años de desarrollo a cuestas y resulta sorprendente cómo en pleno siglo XXI seguimos utilizando una opción no del todo eficiente, sobre todo para ciertos vinos, como método para almacenar y transportar el preciado líquido.

¿Proviene de una botella o de un cartón? (iStock)


En 1963, una empresa sueca sacó el mercado un envase revolucionario: el Tetra Brik, como resultado de un desarrollo anterior, el Tetra Classic. El uso inical que se hizo de él como contenedor para la leche ha condicionado, sin embargo, la manera en la que las empresas alimentarias lo han ido utilizando. El llamado ‘packaging’ tiene buena culpa de ello. Se trata de una disciplina de la publicidad y el marketing que estudia los envases como una manera de vender mejor un producto o una marca. Pongamos un ejemplo: si la pasta se presenta en una caja de cartón, con fotografías y tintas de varios colores, parecerá tener mucha más categoría y más calidad (siendo más atractiva a los ojos del consumidor) que el mismo alimento vendido en un paquete de plástico transparente con la marca impresa solo en negro.

"Un vino en Tetra Brik ahorra un 75% en ‘packaging’, un 50% en transporte, y permite ofrecer a la bodega un 33% más de producto"

Con el vino sucede lo mismo, la elección entre la botella y el Tetra Brik tiene más relación con el estatus del producto que con los beneficios que uno y otro ofrecen de cara a una óptima conservación. Se suele destinar el popular paralelepípedo de cartón para los vinos elaborados de la manera más industrial, mientras que la botella, signo de tradición, es la elección destinada a los mejores. Rompiendo, pues, los prejuicios sobre el elitista negocio vinícola, te contamos por qué los sacacorchos deberían quedar erradicados.
El cartón no tiene por qué ser malo

El vino en cartón tiene numerosos aspectos positivos. El primero está en el bolsillo: la fabricación de un Tetra Brik es mucho más barata que la del vidrio y el corcho, algo que podría hacernos ahorrar unos cuantos euros si los productores decidieran no gastar tanto en la presentación y el diseño. Michael Schmelzer propietario de la bodega Monte Bernardi, ha decidido vender uno de los Chianti que elabora en Tetra Brik bajo la marca Fuori Strada. Defiende Schmelzer: “En comparación con el vino en cristal, un litro de delicioso vino orgánico en Tetra Brik cuesta un 75% menos en ‘packaging’ y 50% menos en transporte, al tiempo que damos a nuestros consumidores un 33% más de vino (un litro frente a 750 mililitros)”.

Efectivamente, el cartón es más ligero, y por su forma resulta mucho más fácil de transportar que una botella. De este modo las empresas se podrían ahorrar unas cantidades considerables en logística que repercuten de forma muy beneficiosa en el precio definitivo.

"El cartón impide que entre la luz y el oxígeno, no modifica el sabor del vino, es más liviano y aguanta mejor ante un eventual accidente"

Con todo, hay que destacar también un importante punto en contra del recipiente de cartón. Según el prestigioso blog de educación vinícola 'Wine Folly' los Tetra Briks son más porosos que el cristal, por lo que no se pueden utilizar para vinos que estén destinados a envejecer; de hecho los vinos en Tetra Brik deben llevar siempre una fecha de caducidad. Por el contrario, destaca la página, si se abre un cartón, el vino se mantendrá fresco durante seis semanas, algo impensable para una botella. Por último, está la manera en la que se consume realmente el producto. Afirma Schmelzer: “En Estados Unidos, cerca del 90% del vino que se compra se consume 24 horas después. ¿Por qué tenemos que utilizar un envase tan pesado como una botella, que requiere más gasolina para el transporte, para un producto que las familias agotan más rápido que un litro de leche?”.

Pero hay mucho más. Todos sabemos que uno de los enemigos del vino es la luz. Las botellas tienden a ser translucidas, aunque no completamente opacas ya que resulta visualmente atractivo para el cliente que se pueda apreciar desde fuera la cantidad y el estado del preciado líquido. Los rayos ultravioleta y el oxígeno no penetran en un Tetra Brik, lo que lo convierte en un buen método para conservar su color, su textura, aroma y su sabor durante un tiempo determinado.

Foto iStock.

Resulta sorprendente cómo ha evolucionado la tecnología del corcho para sustituirlo por los nuevos tapones sintéticos y acabar con el inconveniente de que el material acabara contaminando y el sabor del vino. El Tetra Brik, sin embargo, posee esta condición que hace que el gusto de los líquidos que contiene no se vea alterado.

¿Más ventajas? El cristal es frágil y se puede romper con facilidad por accidente. No obstante, el cartón aguanta mejor los golpes, abollándose o modificando la forma ante una eventualidad. Con los actuales sistemas de cierre que se han añadido al Tetra Brik es más difícil que el líquido se pueda derramar. Por último, existen también algunos beneficios de cara al medio ambiente: las facilidades para el transporte reducen las emisiones de CO2, y a pesar de que durante mucho tiempo el Tetra Brik no era fácil de reciclar por los diversos materiales que lo conformaban (cartón, plástico y aluminio), hoy en día se consigue recuperar el 100% de sus componentes.

GONZALO DE DIEGO RAMOS

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