Todos tienen gustos diferentes, y algunos pedirán un buen trozo de carne sellado solamente, término medio o muy cocido. El gusto se rompe en géneros, dicen, pero según estudios realizados, de esta elección puede depender tu calidad de vida cuando empieces a envejecer…
Investigadores de la Escuela de Medicina Icahn, en el Monte Sinaí de Nueva York, establecieron una relación entre las dietas con alto contenido de glicotoxinas y un mayor riesgo de sufrir demencia, obesidad y diabetes, tanto en ratones como en humanos. Estas sustancias son producidas cuando se le da demasiada cocción a algunos alimentos, sobre todo la carne.
Descubrieron que los ratones cuya dieta era rica en glicotoxinas, particularmente en Productos de la Glicación Avanzada (PGA), eran más propensos a desarrollar demencia y problemas de movilidad conforme envejecían. Además, presentaban mayores cantidades de proteínas beta amiloides en el cerebro, asociadas con la enfermedad de Alzheimer.
Posteriormente el equipo monitoreó a 93 residentes de la ciudad de Nueva York, mayores a los 60 años de edad, durante nueve meses. Midieron la cantidad aproximada de glicotoxinas que consumían, así como su función cognitiva y sensibilidad a la insulina, un factor importante en el desarrollo de síndromes metabólicos como la diabetes y la obesidad.
Encontraron que las personas con mayores concentraciones de PGA en su sangre experimentaron mayor declive cognitivo, así como una reducción en su sensibilidad a la insulina. Si bien los resultados son sólo preliminares y se requiere de mayor investigación para confirmarlos, los investigadores aconsejan cuidar la alimentación. Una forma sencilla de disminuir los PGA es comer carne más cruda…
“Estos estudios son preliminares y se necesita más evidencia en forma de estudios epidemiológicos a gran escala, antes de empezar a recomendar a cocinar mejor nuestros alimentos. Sin embargo, este estudio se añade a un creciente cuerpo de evidencia que sugiere que lo que comes, por ejemplo, mucha grasa, alimentos fritos y procesados, pueden estar vinculado a enfermedades como la demencia, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares”.
– Michael Woodward, investigador de la demencia del Centro Austin de la Salud, en Australia.
Así que empieza a cuidarte antes de que tu comida se vuelva contra ti…
Fuente: La Voz del Muro
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