Queso ahumado |
Orgulloso de su producto, advierte sin embargo, que son pocos los años que tienen en este oficio (cuatro para ser exactos) y su aclaratoria es su manera de honrar y mostrar el profundo respeto hacia los lugareños que tienen toda su vida haciendo quesos en la región andina.
“Yo no soy una autoridad en quesos, no soy nacido allá…solo te cuento mi experiencia”. Asegura que si “se enteran que él habló seguro se ofenden porque ellos tienen 30 años haciendo quesos y van a las ferias que hacen en la zona donde la gente lleva sus quesos, hacen catas y hay un jurado para evaluar…ellos son muy celosos”.
Con permiso pues de los veteranos de la zona, conozcamos la historia de Pedro Hoyos y dejemos abiertas las puertas para quienes, con toda su vasta experiencia, también quieran contar la suya.
De la banca a la finca
Durante 15 años de su vida Pedro Hoyos, aunque es ingeniero, trabajó en la banca siempre vinculado al área de créditos. Fueron buenos tiempos, que intuía no durarían mucho, así que quería tener un negocio propio y comenzó a pensar en una finca.
Pedro Hoyos |
Hasta entonces nunca había vivido en el campo, pero recordaba con agrado los viajes a la finca de sus abuelos en la Grita cuando era niño y ya de adulto, disfrutaba las visitas a sus suegros en la finca que tenían en Mucuchachí.
En el año 2014 compró la finca Santo Cristo y con la ayuda de su suegro inició su nuevo proyecto de vida. Pedro no sabía absolutamente nada de quesos pero el cuidador de la finca sí que sabía porque toda su vida había ordeñado y preparado queso ahumado, así que decidió aprender. Se metió en un curso que daban en la Universidad de Los Andes y “allí fue que aprendí un poquitico de queso…y entendí lo que había que corregir para, sin cambiar la esencia del queso, garantizar un poco más su calidad.”
“Allá tradicionalmente se produce el queso ahumado más que todo por razones de conservación. Son pueblos que están muy retirados, en algunas fincas no hay ni siquiera electricidad y es la única manera de conservar el queso hasta por 8 días. La gente tradicionalmente baja al pueblo los sábados a comprar lo que necesita y es cuando lleva su queso para venderlo o intercambiarlo por otros productos”.
Explica Hoyos que el proceso de ahumado del queso “lo seca, le quita la humedad y el porcentaje de sal hace que se mantenga y que permanezca más tiempo sin poner ácido o dañarse”. Precisamente, el salado del queso, es uno de los aspectos que ha venido trabajando para marcar la diferencia y dar un toque especial a su producto.
En el año 2014 compró la finca Santo Cristo y con la ayuda de su suegro inició su nuevo proyecto de vida. Pedro no sabía absolutamente nada de quesos pero el cuidador de la finca sí que sabía porque toda su vida había ordeñado y preparado queso ahumado, así que decidió aprender. Se metió en un curso que daban en la Universidad de Los Andes y “allí fue que aprendí un poquitico de queso…y entendí lo que había que corregir para, sin cambiar la esencia del queso, garantizar un poco más su calidad.”
Toques Santo Cristo que hacen la diferencia
“Allá tradicionalmente se produce el queso ahumado más que todo por razones de conservación. Son pueblos que están muy retirados, en algunas fincas no hay ni siquiera electricidad y es la única manera de conservar el queso hasta por 8 días. La gente tradicionalmente baja al pueblo los sábados a comprar lo que necesita y es cuando lleva su queso para venderlo o intercambiarlo por otros productos”.
Explica Hoyos que el proceso de ahumado del queso “lo seca, le quita la humedad y el porcentaje de sal hace que se mantenga y que permanezca más tiempo sin poner ácido o dañarse”. Precisamente, el salado del queso, es uno de los aspectos que ha venido trabajando para marcar la diferencia y dar un toque especial a su producto.
Prensado del queso. |
El proceso de ahumado
Semanalmente Pedro produce 60 kilos de quesos en su finca Santo Cristo y explica que para sacar un kilo de queso se van diez litros de leche porque “al ahumar el queso reduce”.
El ahumado se hace sobre el fogón que se usa en el quehacer diario de la finca y que, según cuenta Pedro es utilizado por el personal de la finca para preparaciones que requieren una cocción lenta, a pesar de contar con una cocina.
Proceso de ahumado tradicional |
Sobre esa especie de parrilla que todo el tiempo tiene fuego y humo, se colocan los quesos durante dos o tres días.“Ese es el tiempo que nosotros hemos establecido para obtener un ahumado suave porque hay otras personas que los dejas hasta cinco días y se obtiene un queso más duro y seco que al rallar, puede parecerse a un parmesano. El de nosotros es un queso que se puede rallar pero que conserva humedad y permite también comerlo en trozos”.
Hay que creer…y aguantar la pela
“Obviamente yo quiero crecer pero mi idea no es industrializarme sino quizás expandirme pero cuidando la calidad para que quien me compre, me siga comprando siempre y que queden satisfechos. No tengo planes de convertirme en una quesera, ni tampoco de convertirme en intermediario ni comprar productos a otras persona porque no sé cómo los hacen y no quiero meterme en un mercado sin yo poder responder por la calidad y que me lo devuelvan. Mi queso tiene garantía, si por alguna razón el queso salió muy salado (cosa que puede pasar) yo se lo repongo la próxima vez y no pasa nada. Si es hacer algo es hacerlo bien”.
“Hay que creer, ser un apasionado, cuando uno hace algo tiene que hacerlo bien y en estos momentos aguantar la pela”.
Lourdes Mata
Fotos cortesía Pedro Hoyos @finca_santo_cristo.
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