En la Capital Argentina puedes conseguir actualmente más de 10 restaurantes para comer arepas venezolanas, y varios servicios de delivery y catering. Impensable hace 3 años cuando la única migración con este platillo era la colombiana.
Los primeros valientes se lanzaron a la aventura cuando ni siquiera conseguían harina de maíz precocida en este país adoptivo. El producto sólo ingresa en Argentina regularmente desde mediados del 2016 gracias a un emprendimiento venezolano (@HarinaPanArgentina).
Los chicos de @Arepera_missvenezuela, uno de los primeros en arrancar con este boom hace 3 años, cuentan que tardaron unos 5 meses en conseguir la receta ideal de la masa antes de abrir su local. Ahora ya tienen harina precocida para preparar la masa más fácilmente, malta, cerveza venezolana y dos sucursales.
¿Gustan las arepas en Buenos Aires?
Cada vez más porteños se atreven a probar el “sanduchito venezolano”. Al principio les costaba, pero ahora casi todos tienen algún amigo de nuestro país que les hace intentar.
“…Siempre van primero por lo clásico, la Pelúa (carne mechada y queso) o la Reina Pepiada (pollo, aguacate y mayonesa) que es lo que les han recomendado. Después ya se aventuran con La Negra (asado negro y aguacate) y quedan enganchados…” (Alejandro, @Kombinaciones).
Arepa La Negra(@Kombinaciones) |
¿Arepas con dulce de leche?
No es secreto que los restaurantes a nivel mundial deben adaptar ciertos platillos al paladar de sus comensales.
Como la arepa no es la excepción, @Camburpintonba tuvo un tiempo en su menú la “Arepa con Dulce de Leche” a petición del público argentino. ¡Un éxito! Pero la tuvieron que sacar del menú porque la entrega en delivery (su fuerte) no era práctica. ¿Quién sabe si en un futuro vuelve?
Lo que sí mantienen es la opción de servir cualquiera de sus rellenos en arepas de maíz o de trigo (andinas), ampliando así la apuesta en el platillo estrella de Venezuela.
Foto: @Camburpintonba |
Nuestras raíces nos llaman, la gastronomía nos mantiene unidos a nuestras familias a través de cordones umbilicales de km de distancia y, lo mejor de todo, nos permite compartir un pedacito de nuestra tierra con todos aquellos que nos han abierto las puertas.
Vero Sánchez
@Comiendoporbsas
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