El navío se hundió cerca de Preservation Island, pero su peció no fue localizado hasta 1977. En los trabajos de búsqueda, los arqueólogos encontraron muchas botellas de cerveza cuyo sello aún permanecía intacto. Las bajas temperaturas el agua impidieron que el contenido se estropeara.
Las botellas fueron cuidadoamente preservadas en el Museo Queen Victoria Museum & Art Gallery de Launceston. Años después, el conservador del museo y químico David Thurrowgood hizo un descubrimiento sorprendente: la levadura que se había usado en aquella cerveza seguía viva. Así nació el proyecto The Wreck.
En colaboración con el Instituto de Tecnología del Vino de Australia y la compañía cervecera James Squire, Thurrowgood y su equipo lograron cultivar de nuevo la levadura de la cerveza encontrada en el Sidney Cove, una cepa de este hongo que no se conoce en ninguna cerveza de la actualidad.
Photo: James Squire
Después de un largo proceso de prueba y error, lograron recrear la cerveza tal y como era hace 220 años. Los que la han probado aseguran que es una cerveza tipo Porter oscura, con mucho sabor a malta, especiada y turbia. Las primeras botellas podrán probarse en el Festival de Cerveza Gabs de Australia. [James Squire vía Mashable]
Carlos Zahumenszky
Fuente: Gizmodo
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