Partiendo de recetas y tradición francesa, Carme Serrano crea tartas de Choco Chili y macarons de wasabi.
Alguien debería decirle a la RAE que habría que ir actualizando el significado de kitsch. Ya no sirve para hablar solo de un único movimiento artístico. Y, ni mucho menos, algo kitsch es solo “algo pasado de moda o considerado de mal gusto”. Los anglosajones lo entienden mejor y saben que cuando se habla de algo kitsch no es negativo, sino que va acompañado de un tono irónico.
“Para nosotros ‘kitsch’ tiene dos vertientes: por un lado, es algo cuqui; y, por otro, es algo más transgresor”, explica la pastelera Carme Serrano y su socio, Paco. Por eso, ha llamado a su primer proyecto, Kitschy. Y nada más entrar en este universo de colores celeste y rosa flamenco se entiende su definición. En un vistazo más cercano a los expositores, se entiende mejor aún: hay croissants normales, de mantequilla y croissants negros de tinta de calamar; macarons de frambuesa y también de wasabi; semifríos de colores turquesa y rosa. Wes Anderson se volvería loco aquí.
Kitschy es el proyecto personal de Carme Serrano. Desde las recetas al estilo del local cafetería. Después de una carrera en el mundo del diseño y el arte, decidió hacer caso a la llamada de la cocina y entró a la escuela Cordon Bleu de Madrid. La pastelería empezó como un complemento de sus estudios y “se abrió un mundo” para ella. Sus primera prácticas empezaron en pastelerías y decidió que apostaría por aquí.
Pero, como tantos otros, el de “la pastelería también es un mundo machista” y la única opción que veía era apostar por crear su propio obrador, su propia pastelería y cafetería en la que dejar rienda suelta a su personal estilo, muy kitsch: “Es alegría y locura”, explican sentados en sillas de colores, con un mantel de lunares, delante de un Ispahan de frambuesa, con lichi y rosa, esponjoso y jugoso.
Las creaciones de esta joven pastelera son de base francesa. Se ha fijado en recetas tan clásicas como el croissant y el macaron, o el kouign-amman para después ir dándoles una vuelta. Sabe que tiene que ir haciéndolo poco a poco, que un pastel color celeste a veces llama demasiado la atención, pero esto no es una cadena más, esto es una pastelería más que de autor, de culto. “Son productos reconocibles, sobre los que queremos atrevernos a innovar”, dice. Y en esa innovación atraer a clientes arriesgados que vuelvan una y otra vez a por un pastel en concreto.
El obrador lo tienen en la misma pastelería. Y allí va sacando a diario los más vendidos, como las tartas Sacher o la mousse de arroz con leche; pero también los encargos. Hay bombones, galletas de mantequilla de colores y formas divertidas y de inspiración italiana, los cantuccini, de parmesano y boletus.También prepara postres: tiramisú, o suspiro de mango… una de esas recetas en las que ha mirado a Perú, otro de sus países favoritos.
Kitschy es pastelería y también una cafetería que ofrece desayunos, meriendas y un rincón diferente cerca de Plaza de España. Además de los postres y dulces, tienen batidos hechos al momento, tés y refrescos. Kitschy es kitsch, divertido y diferente, un nombre que aúna una propuesta estética y un producto artesano y de calidad.
Porque te gusta probar cosas nuevas, pero también el croissant de siempre. Porque no tienes miedo a merendar una tarta de Choco Chili, chocolate negro y picante, una de las últimas recetas que ha incluido Carme Serrano, que hace un guiño a la gastronomía mexicana.
La genial decoración. Han diseñado hasta los muebles de estilo retro y colores pastel. Una de sus paredes favoritas es la del fondo en la que han creado un mural de collages encargados a Gloria Pampillón: otra declaración de intenciones kitsch, iconos como Chus Lampreave o Marilyn Monroe. Frida Kahlo o Liz Taylor.
Dirección
Calle Ventura Rodríguez, 3
Teléfono
688 98 66 33
Horario
De lunes a viernes de 8:00 a 21:00. Sábados y domingos de 10:00 a 21:00
Fuente: Traveler
Un idilio wesandersariano© Kitschy
“Para nosotros ‘kitsch’ tiene dos vertientes: por un lado, es algo cuqui; y, por otro, es algo más transgresor”, explica la pastelera Carme Serrano y su socio, Paco. Por eso, ha llamado a su primer proyecto, Kitschy. Y nada más entrar en este universo de colores celeste y rosa flamenco se entiende su definición. En un vistazo más cercano a los expositores, se entiende mejor aún: hay croissants normales, de mantequilla y croissants negros de tinta de calamar; macarons de frambuesa y también de wasabi; semifríos de colores turquesa y rosa. Wes Anderson se volvería loco aquí.
Café, té y pastelería francesa diferente.© Kitschy
Kitschy es el proyecto personal de Carme Serrano. Desde las recetas al estilo del local cafetería. Después de una carrera en el mundo del diseño y el arte, decidió hacer caso a la llamada de la cocina y entró a la escuela Cordon Bleu de Madrid. La pastelería empezó como un complemento de sus estudios y “se abrió un mundo” para ella. Sus primera prácticas empezaron en pastelerías y decidió que apostaría por aquí.
Pero, como tantos otros, el de “la pastelería también es un mundo machista” y la única opción que veía era apostar por crear su propio obrador, su propia pastelería y cafetería en la que dejar rienda suelta a su personal estilo, muy kitsch: “Es alegría y locura”, explican sentados en sillas de colores, con un mantel de lunares, delante de un Ispahan de frambuesa, con lichi y rosa, esponjoso y jugoso.
¿Qué es ser kitsch? Es no tener miedo a diferenciarse.© Kitschy
Las creaciones de esta joven pastelera son de base francesa. Se ha fijado en recetas tan clásicas como el croissant y el macaron, o el kouign-amman para después ir dándoles una vuelta. Sabe que tiene que ir haciéndolo poco a poco, que un pastel color celeste a veces llama demasiado la atención, pero esto no es una cadena más, esto es una pastelería más que de autor, de culto. “Son productos reconocibles, sobre los que queremos atrevernos a innovar”, dice. Y en esa innovación atraer a clientes arriesgados que vuelvan una y otra vez a por un pastel en concreto.
El obrador lo tienen en la misma pastelería. Y allí va sacando a diario los más vendidos, como las tartas Sacher o la mousse de arroz con leche; pero también los encargos. Hay bombones, galletas de mantequilla de colores y formas divertidas y de inspiración italiana, los cantuccini, de parmesano y boletus.También prepara postres: tiramisú, o suspiro de mango… una de esas recetas en las que ha mirado a Perú, otro de sus países favoritos.
Para valientes: choco chili.© Kitschy
Kitschy es pastelería y también una cafetería que ofrece desayunos, meriendas y un rincón diferente cerca de Plaza de España. Además de los postres y dulces, tienen batidos hechos al momento, tés y refrescos. Kitschy es kitsch, divertido y diferente, un nombre que aúna una propuesta estética y un producto artesano y de calidad.
POR QUÉ IR
Porque te gusta probar cosas nuevas, pero también el croissant de siempre. Porque no tienes miedo a merendar una tarta de Choco Chili, chocolate negro y picante, una de las últimas recetas que ha incluido Carme Serrano, que hace un guiño a la gastronomía mexicana.
EXTRAS
La genial decoración. Han diseñado hasta los muebles de estilo retro y colores pastel. Una de sus paredes favoritas es la del fondo en la que han creado un mural de collages encargados a Gloria Pampillón: otra declaración de intenciones kitsch, iconos como Chus Lampreave o Marilyn Monroe. Frida Kahlo o Liz Taylor.
Wes Anderson, relámete.© Kitschy
¿Quién se resiste a Kitschy?© Kitschy
En datos
Dirección
Calle Ventura Rodríguez, 3
Teléfono
688 98 66 33
Horario
De lunes a viernes de 8:00 a 21:00. Sábados y domingos de 10:00 a 21:00
Fuente: Traveler
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