Y sobre todo, ¿cuál es más saludable? Respondemos a todas estas preguntas con una experta.
¿Eres más de tinto o de blanco? Piénsate bien lo que respondes, aunque si eres de un ‘team’, poco se puede hacer que cambies de opinión… Puede que este artículo te haga pensártelo dos veces. Y es que hemos hablado con Mónica Domenech, especialista del Grupo de Factores de Riesgo Vascular, Nutrición y Envejecimiento del IDIBAPS y profesora asociada de la Universidad de Barcelona sobre cuánto de verdad hay en eso de que el vino tino engorda menos que el blanco y si es cierto que el tinto te quita el hambre y el blanco despierta a tu estómago. Mitos fuera.
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Conviene recordar que cuando se habla de alcohol, para Domenech lo primero que hay que tener en cuenta no es el número de calorías que aporta o si tomar una copa de vino tinto engorda más que una de blanco, sino los beneficios de esas calorías para el organismo.
“Lo primero a tener en cuenta es que al consumo de alcohol se le han asociado efectos tanto beneficiosos como perjudiciales para la salud en un delicado equilibrio, por lo que debe recordarse que el beneficio del alcohol se obtiene únicamente cuando se consume de forma ligera-moderada, es decir, una copa de alcohol (10-14 gr de etanol) al día y dentro de un patrón saludable, como el de la dieta Mediterránea”, comienza advirtiendo.
Sólo así podremos obtener las propiedades beneficiosas del alcohol, ya que el consumo de cantidades superiores (entre 3-4 bebidas al día tanto de forma crónica como en una toma casual), se asocia con una mortalidad mayor.
Dicho esto, Mónica Domenech nos detalla cuánto hay de verdad en el titular de este artículo… y cuánto de mito.
“Los efectos que el vino pueda tener sobre nuestro peso dependen en gran medida de la cantidad de polifenoles, especialmente de una clase llamada flavonoides. Los flavonoides son compuestos antioxidantes presentes en mayor cantidad en el vino tinto que en el blanco y diversos estudios sugieren que esos compuestos puedan tener un papel en el control del impulso y saciedad de los alimentos, promoviendo la reducción de la ingesta y absorción de alimentos, evitando la acumulación de la grasa e incrementando el gasto de energía”, afirma.
¿Por qué las dietas fulminan al vino blanco?
Para Monica Domenech el asunto no es tan banal y basa sus explicaciones en beneficios a nivel global sobre la salud.
El vino tinto tiene mayor cantidad de resveratrol que el vino blanco al encontrarse fundamentalmente en las semillas y piel de la uva utilizadas en la elaboración del vino tinto, además de la pulpa. Cosa que no sucede con el vino blanco. Y además, Domenech aclara que el resveratrol tiene acciones antioxidantes y antiinflamatorias así que el vino que contenga más polifenoles y resveratrol será el que tenga mayores efectos saludables sobre la salud. Y tenemos ganador: el vino tinto.
Insistimos a Domenech. En una escala del 1 al 10, ¿cuánto engorda el vino blanco y cuánto el vino tinto?
Según Mónica, “según las tablas más recientes de composición de alimentos del CESNID, el vino blanco tiene 70 Kcal por cada 100 g/ml, mientras que el vino tinto tiene 63 Kcal por cada 10 g/ml, por lo que en una escala del 1 al 10, el vino blanco engordaría un 7, (algo menos el tinto, un 6,3) no sólo por tener ligeramente mayor cantidad de calorías, sino también por la mayor cantidad de azúcares simples que tiene el vino blanco y no el tinto.”
¿Alguien se ha acordado del rosado? Nosotros sí. Y le preguntamos al respecto en comparación con el tinto y el blanco. Si hay algún fan del Marqués de Murrieta en la sala, que preste atención.
La experta nos explica que los polifenoles de la uva no están distribuidos homogéneamente en el fruto, sino que se concentran principalmente en las semillas (60%), la piel (30%) y en un menor grado en la pulpa y tallos (menos de 10%).
El tipo y la cantidad de compuestos fenólicos presentes en el vino, proporcionarán características sensoriales como aroma, color, sabor, amargura o astringencia y éstas claramente serán diferentes si estamos delante de un vino tinto, rosado o blanco.
En el proceso de vinificación del vino tinto, el jugo de uva se fermenta de 3 a 21 días en contacto con las partes sólidas de la uva, las cuales presentan mayor concentración de polifenoles y éstos se dispersan en el jugo. Sin embargo, durante la vinificación del vino blanco, el zumo se separa de las partes sólidas inmediatamente después de la molienda de la uva. El proceso para el vino rosado es intermedio.
Por lo tanto, el contenido de polifenoles será más alto en el vino tinto (1150 mg/L), más bajo en el vino blanco (425 mg/L) e intermedio en vinos rosados (820 mg/L).
Ahora bien, blanco, rosado o tinto, los beneficios del vino sobre la salud se encuentran en un rango muy estrecho, tal y cómo confirman datos recientes publicados en la revista Lancet(2018), que muestran que en consumidores regulares de alcohol existe una curva en “J” en relación a la mortalidad, situándose en 100 gr de alcohol/semana el consumo de alcohol asociado a una menor mortalidad total, límite claramente inferior a las actuales recomendaciones científicas.
Y ahora sí, ¡chin chin!
BLANCA DEL RÍO
Fuente: Elle
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