#DIASPORA | La gastronomía, el primer refugio de los venezolanos

Es uno de los principales rubros donde encuentran trabajo.

A sus 25 años, Ramón Rafael Medina Gómez llegó a Neuquén desde Maturín, Estado de Monagas, con su bolso lleno de ilusiones y el peso de cumplir con la promesa de colaborar económicamente con su familia, que se quedó en su Venezuela natal. A pesar de ser ingeniero mecánico, encontró en la gastronomía el primer refugio para garantizar su propia subsistencia y la de sus padres y hermanos.

“Vine de forma casi obligatoria, porque en Venezuela no nos alcanzaba para comer. Como no me podía pagar un pasaje, mi familia me ayudó con sus ahorros y vendió algunas pertenencias para que yo pudiera venir a Neuquén a trabajar”, detalló con un sentido pesar.

Es que, según comentó, el salario promedio de un trabajador es de 10 dólares y, si bien sus ingresos eran superiores a ese monto, no eran suficientes para que sus padres y hermanos pudieran llevar una vida normal.

Ramón llegó a la región como un profesional de la ingeniería que estaba en la búsqueda de un mejor porvenir, pero su puerta de entrada al mundo laboral estaba en otro rubro distinto. Es que a muchos extranjeros se les hace muy difícil lograr la convalidación de sus títulos, por lo que sus primeros empleos suelen estar ligados al comercio.

“Empecé a trabajar en el patio de comidas de la terminal de ómnibus como bachero y después me ofrecieron un puesto en una empresa de catering”, comentó. Sin embargo, fue su último trabajo en el que más disfrutó. “Más tarde, conseguí un lugar como mozo en un bar de cervezas, donde el trato fue excelente y la pasé muy bien”, contó.

Desde hace tres semanas, el joven se desempeña en una empresa de Parque Industrial, donde realiza tareas más cercanas a su profesión y la paga es mejor, lo que le permite disfrutar más de su trabajo y colaborar con sus familiares. “En el poco tiempo que llevo en esta empresa, el trabajo me ha gustado mucho”, sostuvo.

Pero a pesar de haber progresado laboralmente en el país y de cumplir satisfactoriamente su “misión”, Ramón extraña a su gente. “La verdad es que se hace bastante difícil estar tan lejos, pero la intención es esperar que mejore todo y volver algún día a Venezuela. A veces hace falta un abrazo de la abuela, pero me tengo que acostumbrar”, expresó.

Tras haberse adaptado en la ciudad, el joven hizo un análisis retrospectivo y destacó el trato que tuvo de parte de los neuquinos. “La verdad es que siempre estuvieron dispuestos a ayudarme y yo estoy muy agradecido por eso”, concluyó.

En la actualidad, el 28% de los inmigrantes que llegan al país proviene de Venezuela y tienen entre 18 y 45 años, según los datos de la Dirección Nacional de Migraciones. Desde 2016, la cantidad de ciudadanos venezolanos que ingresa al país creció notablemente.

Con sus ganas, enamoraron al empresariado

Calidez, carisma, excelente nivel de educación y buenos modales son las características de los venezolanos que enamoraron a los empresarios gastronómicos locales y que convirtieron al rubro en uno los principales generadores de trabajo para los extranjeros.

“Son gente que viene con títulos y es muy culta e incluso, cuando no son profesionales, vienen con una preparación personal muy buena”, sostuvo Ricardo Leszczynski, delegado de Migraciones en Neuquén.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Comercio, Industria, Producción y Afines de Neuquén (Acipan), Daniel González, coincidió con el funcionario y aseguró que, en la desesperación por encontrar un empleo rápidamente, se dirigen a los lugares donde ven movimiento.

“Tienen muchas ganas de trabajar”, aseguró González, e hizo hincapié en que el sector privado tiene que acompañarlos para que no caigan en redes de explotación.

“Hay que trabajar para generar conciencia sobre sus derechos y nadie se aproveche de su necesidad”, sostuvo.

Leszczynski precisó que los venezolanos no ocupan ni el 5% del ofrecimiento laboral, por lo que aseguró que no son una amenaza para los trabajadores argentinos.

Por Alejandro Olivera

Fuente: LMNeuquen