La bebida existe desde antaño y regresa con fuerza para sorprender a las nuevas generaciones.
A la hora de pensar en vinos es fácil remitirse únicamente a tres universos: los blancos, los rosados y los tintos. Sin embargo, existen otras opciones que parecieran fantasía.
Tal es el caso de los vinos naranjas, hechos con una técnica alternativa que les otorga el característico color. Cada vez están más en boga, pero no por eso acaban de aparecer: estas bebidas existen desde antaño.
Vino naranja (Shutterstock)
Podría decirse que Italia es el país pionero contemporáneo en este estilo de bebidas. Ya que el enólogo Josko Gravner, en la bodega Azienda Agricola Gravner de la zona Friuli Venezia Giulia, reinterpretó en los años 90 este ancestral estilo que apareció hace unos 4,000 años en la región del Cáucaso.
Vino naranja (Shutterstock)
Hoy -a grandes rasgos- al vino naranja se le puede definir como un blanco que se elabora con el proceso de un tinto. Esto implica que el jugo de las uvas utilizadas para un vino blanco maceren y fermenten por algunas semanas o meses con su piel, conocida como hollejo.
Inicialmente Josko optó por seguir la técnica ancestral, que implica fermentar al vino en ánforas de terracota de 500 a 800 litros de capacidad enterradas en el suelo, sin controlar la temperatura ni las levaduras. Sin embargo, no existen reglas sobre las ánforas ni los tiempos de fermentación, de ahí que cada productor pueda dar su propio toque.
Los vinos naranjas tienen lo mejor de dos mundos: la frescura de los blancos y la estructura de los tintos. No necesariamente son naranjas: pueden variar entre tonos dorados, ámbar, durazno e incluso el café . A menudo tienen sensaciones salinas o minerales y gran intensidad aromática. De ahí que sean extremadamente versátiles y útiles para los maridajes.
Existe una cosa por aclarar. En España existe una Denominación de Origen llamada Vino Naranja del Condado de Huelva. Este vino es muy diferente al descrito, ya que se trata de un vino blanco que se aromatiza con cortezas de naranja amarga y que madura en un sistema de soleras por mínimo dos años.
DULCE VEGA
Fuente: Life and Style
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