Este artículo ha sido verificado y aprobado por el médico Carlos Fabián Avila el 20 noviembre, 2018A pesar de su mala fama, la cerveza tiene pocas calorías y grasas saturadas. Aunque parezca mentira, los refrescos de cola o con gas, muy comunes en nuestra dieta, son mucho más calóricos
¡La cerveza nos encanta en verano y bien fresquita! Ahora bien, en ocasiones, la consumimos con cargo de conciencia: ¿Si me bebo este vaso engordaré? ¿Es malo para mi dieta? Estas son algunas de las preguntas más comunes a la hora de plantearnos si incluir, o no, la cerveza en nuestras comidas.
1. Si sigo una dieta de adelgazamiento, ¿puedo consumir cerveza?
La cerveza es esa bebida que compartimos en muchas de nuestras reuniones con familia y amigos. Generalmente, no es habitual que la consumamos a diario, sino que preferimos tomarla en momentos un poco más festivos y distendidos.
Esta bebida milenaria y de atractivos tonos ambarinos está elaborada a base de cebada y otros cereales. Dispone, como sabes, de un nivel determinado de alcohol, por lo que se debe consumir con moderación. Ahora bien, ¿qué pasa si la tomo los fines de semana? ¿Puedo permitirme este capricho y no engordar? Te lo explicamos:
La cerveza tiene, por lo general, pocas calorías y escasas grasas saturadas. La cantidad exacta es de 43 calorías por 100 ml. Así pues, si bebes un vaso de 250 ml, obtendrás unas 90 calorías.
¿Qué significa esto? Que podemos consumirla con moderación. Ten en cuenta que, en ocasiones, tomamos muchos refrescos de cola o con gas que disponen de muchas más calorías.
Los nutricionistas aconsejan que lo más adecuado es consumir cerveza de un modo prudente. Así bien, si sientes verdadera pasión por esta bebida y te gusta tomarla cada día, procura beber un poquito menos de un vaso, es decir, unos 200 ml. Con ello, no alcanzarás las 90 calorías, así que siempre podrás eliminarlas con un poco de ejercicio o un paseo. Aún así, debido a su nivel calórico y al alcohol que contiene, lo mejor es no excedernos, a pesar de que la podamos incluir en nuestros instantes festivos.
Señalarte, además, que la cerveza más saludable será aquella cuya fabricación sea más natural y tradicional. Si te preguntas cuál es, como curiosidad, se trata de la cerveza negra, elaborada a base de malta y lúpulo, y más rica en hierro.
2. ¿Qué beneficios me aporta la cerveza?
No debemos olvidar uno de sus grandes beneficios: ¡Es muy diurética! Un consumo moderado contribuirá a protegernos en un 40 %, aproximadamente, de sufrir problemas renales y de padecer cálculos.
2. Mejora la digestión
¿Sabes qué tipo de cerveza nos puede ayudar en la digestión? La cerveza negra. Además de contener más hierro, dispone de más fibra y, por lo tanto, mejora nuestro tránsito intestinal, como señala este estudio publicado en Spin Cero, evitando problemas gástricos e intestinales. ¿No es estupendo?
3. Ayuda a combatir el colesterol malo
Como ya sabes, las cervezas son ricas en fibra, la cual nos ayuda a mantener un buen nivel de LDL o del llamado colesterol malo.
4. Es rica en vitaminas del grupo B (B1, B2, B6 y B12)
Aquellas personas que beben cerveza de modo regular y equilibrado obtienen casi un 30 % más de vitaminas del complejo B que quienes no la consumen. Estas vitaminas nos permiten disponer de más energía, fortalecen nuestros huesos y músculos y, además, nos ayudan a metabolizar mejor los glóbulos rojos.
5. La cerveza ayuda a mejorar la salud de nuestros huesos
Así es, consumir esta bebida nos ayuda a mantener en un buen nivel el silicio, que favorece, a su vez, la salud y la densidad mineral ósea, tal y como se destaca en esta investigación.
6. Nos ayuda a dormir mejor
¿Sabes dónde reside este secreto? En su adecuado nivel de ácido nicotínico y lactoflavina que, unidos al lúpulo, son estupendos para favorecer la calidad del sueño. Y así lo señala este artículo publicado en la Revista Española de Nutrición Comunitaria.
7. La cerveza ayuda a impedir la formación de coágulos de sangre
Se dice que favorece la correcta circulación de la sangre, ayudando a evitar la formación de coágulos, aunque todavía no hay suficientes evidencias científicas.
8. Refuerza nuestro sistema inmunológico
Esta bebida es rica en vitaminas y antioxidantes, estupendos para reforzar nuestras defensas. Si la bebemos de forma moderada, dos o tres vasos a la semana, por ejemplo, nos ayudará a evitar muchos resfriados, dolores musculares o articulares y contribuirá a mejorar, también, nuestra salud cardíaca.
3. ¿Qué es más beneficioso: la cerveza o el vino tinto?
Los nutricionistas nos indican que ambas bebidas son adecuadas, siempre que las consumamos con moderación. Es decir, nunca más de un vaso al día. A continuación, te indicamos las diferencias de cada una para que hagas tu propia elección:
- El vino: Beber al día una copa de vino tinto nos aportará mayores beneficios cardiovasculares que la cerveza. Además, dispone de muchos más antioxidantes, como los polifenoles. También tiene mayores niveles de potasio y magnesio.
- La cerveza: Tiene más vitaminas del grupo B, más nutrientes y fibra soluble que el vino. A su vez, dispone de menos alcohol.
Así pues, la elección va a depender de tus propios gustos. A lo largo de la semana podemos combinarlos, según los platos y nuestros eventos personales, pero recuerda: ¡Siempre con moderación!
Valeria Sabater
Fuente: Mejor con salud
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