Hay que tener en cuenta el tipo de leche del queso, su tiempo de maduración y la fuerza de su sabor.
La gastronomía está plagada de falsos mitos, medias verdades y lugares comunes. Muchos están basados en tradiciones, que lo fueron, pero que ya están superadas. Otros, son causa de la mala información y hasta de la pereza.
Queso con vino blanco.Heraldo.es
Por ejemplo, pensar que la mejor forma de maridar un queso es siempre con un vino tinto.
¿Quién dijo que el queso solo marida con el vino tinto? Quien lo dijera sabía poco de quesos, pero, sobre todo, sabía poco de vino. Porque pensar que todos los vinos blancos son ligeros, afrutados y poco potentes es dejar de lado el inmenso universo de los vinos generosos (el tantas veces olvidado -aquí- patrimonio vitivinícola de Andalucía), de los dulces, de los ácidos o de los espumosos.
Antes de entrar en detalle, hay que decirlo: la mejor forma de saborear un queso es acompañarlo con vino (aunque locos como Rubén Valbuena, de la vallisoletana Granja Cantragrullas, ha practicado el maridaje con infusiones... y funciona). El vino tiene la capacidad de potenciar el sabor del queso.
A la hora de maridar vino y queso hay tres reglas que es recomendable seguir: hay que saber con qué tipo de leche está elaborado el queso (vaca, oveja o cabra), cuál es su tiempo de maduración y, finalmente, el sabor del queso nunca debe ser más fuerte que el del vino.
Vinos blancos bien maridados con queso
Quesos azules (Cabrales, Roquefort o Gorgonzola)
Con vinos dulces o licorosos como un amontillado
Quesos de pasta blanda (como el de tetilla)
Pueden ir muy bien con un Ribeiro Idiazábal
Pueden ir muy bien con un Ribeiro Idiazábal
Con vinos blancos ácidos
Tortas de queso (tipo la del Casar)
Con un amontillado seco del Marco de Jerez
Quesos blandos
Con vinos espumosos
Camembert
Con vinos blancos con crianza
Parmesano
Con vinos blancos ligeros
Gruyère
Con vinos blancos semidulces
Emmental
Con vinos blancos dulces o espumosos
En cualquier caso, además del gusto de uno mismo (recuerda, la única regla es disfrutar... cada uno sabrá cómo) suele funcionar la elección de un vino que se elabore en la misma región que el queso.
Tortas de queso (tipo la del Casar)
Con un amontillado seco del Marco de Jerez
Quesos blandos
Con vinos espumosos
Camembert
Con vinos blancos con crianza
Parmesano
Con vinos blancos ligeros
Gruyère
Con vinos blancos semidulces
Emmental
Con vinos blancos dulces o espumosos
En cualquier caso, además del gusto de uno mismo (recuerda, la única regla es disfrutar... cada uno sabrá cómo) suele funcionar la elección de un vino que se elabore en la misma región que el queso.
CHEMA LIZARRALDE
Fuente: heraldo.es
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