Desde su primitivo corte redondo hasta triangular con dibujos impresos, en forma de dedo o cuadradas, las shortbread fueron galletas caras y reservadas como un lujo para ocasiones especiales tales como Navidad y las bodas. Dejando atrás aquellas épocas en que eran clasificadas como pan por los panaderos escoceses para evitar pagar los altos impuestos que existían sobre las galletas.
Ingredientes
125 g de mantequilla a temperatura ambiente, 180 g de harina, 55 g de azúcar blanquilla.
Cómo hacer shortbread cookies
Comenzar precalentando el horno con calor arriba y abajo a 180 grados. En un bol mezclar la mantequilla con el azúcar y batir hasta que quede una mezcla blanquecina.
Incorporar la harina poco a poco para obtener una masa suave. Extenderla entre dos papeles pergamino ligeramente enharinados, dejándola como de medio centímetro de grosor. Refrigerar la masa así extendida durante veinte minutos. Una vez frías cortarlas con la forma deseada e ir pasándolas a una bandeja de horno cubierta con papel de hornear.
Hornearlas durante veinte minutos o hasta que comiencen a dorarse, no deben de quedar muy tostadas. Una vez fuera del horno dejarlas reposar cinco minutos en la placa y pasarlas a una rejilla hasta que enfríen completamente.
Degustación
Originariamente las shortbread cookies tenían fama de ser un acompañamiento ideal para la hora del té, pero en la actualidad ya se disfrutan con leche, café, vino o champán. Lo cierto es que son tan fáciles de hacer y están tan buenas con su acentuado sabor a mantequilla que se comen solas, eso sí con moderación.
ESTHER CLEMENTE
Fuente: Directo al Paladar
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