Eres conscientes de que no quieres tirarlo pero tampoco se te ocurre qué hacer exactamente con él. Hoy te traemos algunas ideas para que puedas aprovechar ese pan del día anterior.
Pan rallado
Somos conscientes de que es lo más sencillo y que a cualquiera se le podría haber ocurrido esta idea. Sin embargo no es así. Muchas personas simplemente prefieren deshacerse del pan sobrante antes que rallarlo. Cualquier barra de pan duro puede aprovecharse para rallar y empanar croquetas o filetes.
Si por algún motivo no eres un gran aficionado de los empanados, puedes emplear una técnica similar y hacer picatostes. Es tan sencillo como cortarlos en daditos no demasiado grandes, meterlos en el horno -puedes echar un chorrito de aceite si quieres que queden más dorados- y utilizarlos en todo tipo de comidas para darle un toque diferente.
¡Más sencillo imposible!
Migas
Gastronomía básica de España. Uno de nuestros platos típicos que, de hecho, está elaborado a partir de pan duro. Es tan sencillo como cortar el pan en rebanadas y remojarlo en agua para que se humedezca. Por otro lado, tan solo será necesario freír algunos ajos, panceta y chorizo. Cuando lo retiremos los ajos de la sartén solo será necesario que añadamos las migas para que se rehoguen y cojan el saber de la panceta y el chorizo.
Así nos quedarán unas migas jugosas, con mucho sabor, ¡y con pan duro!
Salmorejo
Seguimos con la gastronomía española, porque el salmorejo es otro de esos platos favoritos una vez que estamos en verano. Es fresquito, refrescante y tiene mucho sabor. Tiene una consistencia muy espesa y suele tomarse frío, acompañado por taquitos de jamón y huevo duro. Y sí, también se hace a partir de pan duro.
Es tan sencillo como triturar los tomates hasta que nos quede una salsa muy líquida y retiramos los posibles trozos de piel y pepitas que hayan quedado. A este zumo de tomate se añade el pan y se deja remojar durante unos quince minutos. De esta forma el pan se ablandará y cogerá todo el sabor del tomate. A continuación solo tendremos que añadir un ajo, aceite y sal. Lo batimos hasta que nos quede un puré consistente pero no demasiado espeso, añadimos el huevo y el jamón, y a comer.
Tostadas
Seamos realistas, ¿a quién no le apetecen un par de tostadas al levantarse?
El pan del día anterior puede que no sea comestible al día siguiente, pero siempre podemos pasarlo por la plancha y la tostadora, y este se convertirá en en comestible de nuevo, perfecto para desayunar. Ya sea con aceite de oliva, mantequilla y mermelada, o ideas más fit como el aguacate, las tostadas son uno de nuestros desayunos favoritos.
Se puede hacer de la misma manera para elaborar canapés o entremeses. Si por algún motivo tienes invitados y tienes pan duro en tu cocina, puedes seguir la misma estrategia que para las tostadas. Corta el pan en rebanadas muy finas, y ponlas a tostar. Cuando se vean doradas y crujientes, serán como los canapés tradicionales y solo tendrás que dejar volar tu imaginación. ¡Cualquier cosa es posible con los entremeses!
Sea como sea, recuerda siempre que el pan duro es nuestro colchón en la cocina. No solo nos vale para todo. Debemos tenerlo siempre a mano. Recuerda que muchos de nuestros platos necesitan, en alguna medida, pan duro. Nunca lo menosprecies ni lo tires. ¡No sabes cuándo vas a necesitarlo!
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