Te traigo tres soluciones que te serán muy útiles para recuperar esta hortaliza.
La lechuga es uno de los alimentos más utilizados para preparar ensaladas. Casi nunca falta en el refrigerador de ningún hogar, pero tiene una gran desventaja: si no se come rápidamente, se marchitará en cuestión de días.
La lechuga es la base de muchas ensaladas y si no se cuida correctamente, se marchita muy rápido. (Foto: Clark Keng / Pixabay)
¿Hay alguna forma de evitar desecharla? Cuando se ha marchitado, ¿hay alguna manera de devolverla a la vida para usarla en recetas? La respuesta es sí. Aquí te traemos tres soluciones, que son muy útiles para reciclar la lechuga muerta. No solo puede ahorrar dinero, sino que también puede evitar el desperdicio de alimentos.
Agua y papa cocida
Una forma de restaurar la lechuga mustia es colocar sus hojas en un recipiente con agua que contenga una patata cocida pelada y cortada por la mitad. Luego, solo tienes que poner el recipiente en el refrigerador y esperar cerca de dos horas. Cuando saque la lechuga del agua, estará muy fresca y muy adecuada para el consumo.
Agua y limón
Otra opción es colocar hojas de lechuga en un recipiente con agua fría y agregar un poco de jugo de limón (puedes reemplazar una gota de vinagre). Luego, debes ponerlo en el refrigerador durante una hora. Después de que haya pasado el tiempo, solo necesita drenar las hojas y listo para comer.
Agua con hielo
El hielo también es un buen aliado para restaurar lechugas marchitas. Si elige esta técnica, solo necesita remojar la lechuga en un recipiente con agua y hielo durante una media hora. El resultado es menos efectivo que los dos anteriores, pero definitivamente es el método más rápido.
¿Cómo desinfectar la lechuga?
Lava bien tus manos con agua y jabón durante 20 segundos. Limpia también el área donde trabajarás o la tabla de picar.
Deshoja la lechuga con cuidado para evitar romperlas o maltratarlas. Sumerge cada hoja en agua con algún antiséptico natural, como limón o vinagre por 15 o 20 minutos.
Enjuágalas debajo del agua del grifo dejando correr suficiente cantidad sobre ellas.
Elimina las hojas oscuras o marchitas y las que vas a consumir sécalas muy bien con papel de cocina antes de servir.
Deshoja la lechuga con cuidado para evitar romperlas o maltratarlas. Sumerge cada hoja en agua con algún antiséptico natural, como limón o vinagre por 15 o 20 minutos.
Enjuágalas debajo del agua del grifo dejando correr suficiente cantidad sobre ellas.
Elimina las hojas oscuras o marchitas y las que vas a consumir sécalas muy bien con papel de cocina antes de servir.
TRUCOS DE COCINA QUE TE AYUDARÁN A AHORRAR: Evita las verduras ya cortadas
Ser un poco perezoso en la cocina suele salir caro, así que a la hora de ahorrar lo primero es tener un cuchillo y demostrarte a ti mismo que eres capaz de cortar esa cebolla o zanahoria. No te harás millonario, pero si practicas mucho eso del corte puede que te ahorres algunos centavos para un gustito.
Nada de desechar verduras y frutas: cremas y batidos
Aquí no se desperdicia nada, como diría la abuela, y más si queremos ahorrar. Las frutas y verduras que estén un poco marchitas pueden tener una segunda vida en forma de sustanciosas cremas y refrescantes batidos. ¿Un plátano mustio? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido.
¿Unas fresas mustias? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido. (PhotoMIX | Pexels)
Haz caldos
No sólo como ingrediente para otras preparaciones, sino para improvisar una sopa salvadora. Comprarlo hecho no siempre es buena idea. Pon un día la olla y preparar unos litros de caldo para, de paso, aprovechar algunas de esas verduras que ya no están para aguantar más tiempo.
Busca productos de temporada
El sentido común es básico a la hora de hacer las compras y pensar en el menú de la semana o el mes. Si somos de ir al mercado será fácil saber qué está de temporada porque será lo más económico. A partir de ahí, sólo hay que pensar qué cocinar con eso que hemos comprado a buen precio en el supermercado.
Cortes de carne más baratos
Ser carnívoro también es compatible con ahorrar. Es más cuestión de saber comprar que de saber cocinar y tener claro que no siempre los cortes más caros son los más exquisitos. ¿Has probado los contramuslos de pollo? Mucho más barato y sabrosos para, por ejemplo, acompañar con un cremoso puré de papas.
Fuente: Perú 21
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