La temperatura idónea del vino
Cada tipo de vino tiene su rango de temperatura ideal. No es cierto que haya que tomar el vino a temperatura ambiente; no es más que una, llamémosla así, “leyenda urbana”. Servir un vino a una temperatura inadecuada puede afectar notablemente a sus cualidades.
La temperatura idónea según el tipo de vino es la siguiente:
- Blancos: entre los 6 °C y los 9 °C.
- Blancos de crianza: entre los 10 °C y los 12 °C.
- Rosados: entre los 5 °C y los 10 °C.
- Tintos: entre los 12 °C y los 15 °C.
- Tintos de crianza: entre los 15 °C y los 18 °C.
- Vinos dulces: entre los 10 °C y los 5 °C.
Esta guía es aproximada. Es recomendable que al comprar un vino te fijes en su etiquetado, en el que el fabricante suele indicar cuál es la temperatura ideal del vino.
Cómo conservar el vino en la vinoteca
Cuando tengas pensado consumir el vino en un plazo que no exceda los 2 meses, puedes colocar las botellas en una posición vertical.
Por el contrario, si la expectativa es que el vino va a ser consumido a largo plazo, puede decirse que es obligatorio para su correcta conservación colocar horizontalmente las botellas, de forma que el corcho siempre esté en contacto con el vino.
Cómo elegir la copa de vino más adecuada
Las copas de vino deben permitir que las cualidades del vino se aprecien en todo su esplendor. Son tan importantes que influyen de una forma directa en su sabor.
Las finas y transparentes permiten una visión nítida y clara del color del vino, convirtiendo la sensación táctil en algo muy agradable.
Las copas de vino deben contar con un buen pie, de forma que nos permita asirlas bien, sin ensuciarlas, calentarlas ni transmitir aromas.
El tamaño influye notablemente en la calidad e intensidad de los aromas.
Cómo servir el vino en las copas
Para que el vino no pierda ninguna propiedad al servirlo en las copas, debes tener muy presentes los siguientes aspectos:
- Deja que el vino se airee en la copa: serán suficientes uno o dos minutos.
- Mueve la copa: realiza un movimiento circular y suave para que todos los elementos volátiles del vino se muevan.
- Huele el vino: antes y después de mover la copa, de forma que aprecies los cambios que experimente el aroma y los nuevos matices que puedan surgir del movimiento.
- Sostén la copa por el tallo o cuello: es la mejor forma de evitar que el vino se caliente, algo que ocurre cuando tu mano abarca toda la copa.
- Bebe el vino a pequeños sorbos: de esta forma concentrarás su sabor en pequeñas dosis y disfrutarás más de él.
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Fuente: Digital Sevilla
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