GASTROHISTORIASLa primera taza de café con leche de España, por muy relaxing que pudiera resultarle a Ana Botella, no se hizo en la Plaza Mayor de Madrid ni en ningún otro sitio de la capital. Que sepamos, la referencia escrita más antigua hecha en nuestro país al genial cafecito que desayunamos casi todos hay que ubicarla en Palencia.
Aunque existen pruebas de que se consumió antes en Francia y casi con total seguridad también en Oriente, el primer cafecito con leche de España se ofició en Palencia.
Taza de café con leche (CC PD) y portada de 'Noticias de el caphé' / BIBLIOTECA DEL PATRIMONIO BIBLIOGRÁFICO
En el hospital de esa ciudad trabajaba a finales del siglo XVII don Juan de Tariol, médico del cabildo palentino y autor de uno de los primeros libros dedicados al café.
Sus 'Noticias de el Caphé' fueron publicadas en Valladolid en 1692 y dedicadas «a la antiquissima y muy noble y leal ciudad de Palencia». Según el subtítulo que le puso su autor la obra era un discurso filosófico y científico sobre las virtudes y efectos del café, un manual práctico destinado a los médicos y a la vez provechoso para la salud pública ya que, según Tariol, la infusión hecha con aquellos frutos traídos de Arabia era muy beneficiosa. Por aquel entonces en España se sabía muy poco del café a pesar de que llevara siglos siendo popular en el imperio otomano y de que hubiese comenzado a despuntar como bebida en ciertos lugares de Europa como Venecia, Londres o París. Aquí de mientras estábamos muy ocupados con el chocolate a la taza, capricho bebible que hacía furor desde al menos 100 años antes y cuyo éxito retraso la popularización del mucho más amargo y líquido café.
A partir de la mitad del siglo XVII el café comenzó a asomar tímidamente por Madrid y algunos puntos abiertos al comercio internacional como Cádiz, así que resulta curioso que fuese en la modesta Palencia donde esta nueva bebida encontrara su mejor defensor y donde se escribiera la primera receta en castellano para elaborar café con leche. El doctor Tariol aseguró en su libro ser devoto y casi adicto al café, declarando que llevaba mucho tiempo tomándolo todas las mañanas y también frecuentemente por la tarde y noche. «En esta ciudad ha cuatro o cinco años que le conocen», dijo sobre la afición de los palentinos a aquel novedoso brebaje que seguramente él mismo introdujo. Lo consideró vigorizante, laxante y confortativo, apto para enfermos y débiles y prácticamente un elixir medicinal, aunque lo realmente innovador es que propusiera dos métodos para tomarlo con leche.
La mezcla de café con lácteos seguramente se conocía desde hace mucho en Oriente, aunque no fuera común, y también sabemos que en enero de 1690 la famosa Madame de Sévigné escribió una carta a su hija contándole que el café con leche y azúcar –recetado por un médico de Grenoble– era la mejor cosa del mundo. Pero a nosotros lo que nos interesa es el primer cafecito español, que sí podemos atribuir a Tariol y que él bautizó como «leche caphetada». Se podía preparar infusionando el café directamente en leche o mezclando café ya hecho con leche y azúcar, método que es el que usamos mayoritariamente hoy en día.
¿Quieren saber la receta? Aquí la tienen, directamente traída desde la Palencia de 1692:
«Para preparar el caphè con leche se pone una bien grande escudilla de leche en un cazo, en empezando a levantar se le ha de mezclar una cucharada de caphè, que haga dos dragmas y media o tres, y se le ha de mover continuamente alrededor, para que no se haga grumos, habiendo retirado el cazo del fuego el polvo cae a poco tiempo a fondo, y entonces se ha de verter poco a poco en una escudilla que tenga una cucharada de azúcar si es posible clarificado. Leche caphetada otro modo: hágase el caphè de la forma ordinaria y a una buena taza se mezclará otra de leche, echándole su azúcar».
ANA VEGA PÉREZ DE ARLUCEA
Fuente: La Verdad
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