Ramón Bilbao presentó recientemente la que era su última innovación: una sal líquida con aroma a su Rosado, haciendo gala de su espíritu innovador y su afán por trasladar la cultura del vino a diferentes ámbitos. En este sentido, la bodega de Haro se adentra en el mundo de la gastronomía con el lanzamiento de una sal natural procedente de una salina con 220 millones de años de historia, creando el complemento perfecto para acompañar los mejores platos.
Con esta innovadora propuesta, Ramón Bilbao continúa con su iniciativa nacida en 2018, cuando elaboró una gominola a partir del extracto de los aromas de Ramón Bilbao Rosado. En esta ocasión la bodega riojana presentó una sal líquida de color rosa melocotón con notas ligeramente florales y afrutadas, con un aroma fresco. “La innovación forma parte del ADN de Ramón Bilbao, por ello la sal líquida nos permite explorar más allá de la mera enología y unir gastronomía y vino. Creemos que la sal tiene que ser tan expresiva como el propio rosado, de ahí que hayamos obtenido la misma frescura y pureza que caracteriza a Ramón Bilbao Rosado” comentó Rosana Lisa, directora de Innovación en bodegas Ramón Bilbao.
Para desarrollar el proyecto, la bodega riojana ha contado con la ayuda de la compañía navarra Sal de Manantial Ancestral, cuyos saleros nacen a los pies de la sierra de Urbasa y Andía. Este marco incomparable es el hogar de unas salinas únicas, situadas a más de 700 metros de altitud y procedentes de un mar fosilizado hace de más de 220 millones de años. De ellas se obtiene una sal pura y rica en minerales con un marcado carácter artesanal. Además, por el hecho de proceder de un manantial salino, la Sal de Manantial Ancestral es un producto puro y libre de cualquier tipo de contaminación, principalmente a nivel de microplásticos y metales pesados.
Esta sal incorpora las características del vino rosado, gracias al proceso de extracción de los aromas del vino que se ha realiza transformando los volátiles del proceso de fermentación en líquido. El color de la sal es de un tono durazno, en la misma gama tonal que la del vino rosado de Ramón Bilbao. Este peculiar color se logra gracias a las antocianas naturales presentes en las pieles de las uvas negras y las catequinas, que se extraen de las hojas de la planta del té.
Fruto de esta unión entre Ramón Bilbao y Sal de Manantial Ancestral surge este avance gastronómico, que tiene como protagonista un vino único, un rosado diferencial por su carácter pálido y floral. Y es que para Rodolfo Bastida, el director general y enólogo de Bodegas Ramón Bilbao, la innovación tanto en viticultura como en enología es clave para todos sus vinos. “Los vinos rosados deben ser tan expresivos como los tintos o los blancos, y esto significa tomarse la viticultura, la vinificación y la variedad con la misma seriedad. Factores como la selección parcela por parcela, el control cuidadoso del oxígeno y la temperatura durante la fermentación y la cantidad justa de prensado nos darán un vino con la frescura, pureza, aroma y complejidad que buscamos en todos nuestros vinos”, concluye Bastida.
El resultado final es el complemento perfecto para aderezar cualquier plato y satisfacer los paladares más exigentes. Un proyecto en el que el departamento de I+D de Ramón Bilbao lleva trabajando más de 12 meses, y que se puede adquirir en todas las vinotecas de la compañía y en Club Venturio, el canal de venta directa de la compañía.
Ramón Bilbao se define como una bodega histórica con personalidad contemporánea. Desde su fundación en Haro en 1924, la empresa familiar ha demostrado una actitud precursora en la Denominación de Origen Calificada Rioja. La innovación y la perseverancia son algunos de los valores y filosofía de trabajo de la compañía. Ramón Bilbao es propietaria de más de 180 hectáreas de viñedo, todas ellas en parajes singulares, y cuida con esmero otras más de 600 hectáreas en las principales zonas de calidad de la D.O.Ca. Rioja.
JUAN LUIS RECIO
Fuente: Periodista Digital
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