Toblerone es una barra de chocoalte icónica tanto por su combinación de sabores como por su diseño. Foto: iStock Images |
Creado en 1908, fue el primer chocolate suizo patentado de la historia.
Es casi lúdico destapar una barra de chocolate Toblerone. Su empaque, en forma de prisma triangular, guarda una barra dentada que la divide en nueve trozos –cada uno marcado por una de las letras de su nombre–. Partirla tiene su ciencia, e incluso hay videos en YouTube que indican “la forma correcta”.
Todo ese detalle de diseño se puso por primera vez en una barra de chocolate en 1908. Fue un diseño del chocolatero suizo Theodor Tobler (1876-1941) para darle forma a un sabor creado por él con la inspiración de su primo Emil Bauman.
Este último le había sugerido reunir en una sola barra el nougat –un dulce francés parecido a un turrón, hecho con almendras y miel, con el chocolate de leche–. El resultado fue Toblerone, cuyo nombre juega con el apellido del chocolatero y la palabra ‘torrone’, que es justamente turrón en italiano: el primer chocolate suizo que fue patentado. Tobler sabía que tenía una mina de oro en las manos.
La forma de su barra de chocolate causaba curiosidad. Se la asociaba con los alpes suizos, tanto que desde 1920 el logo fue el célebre monte Cervino y parte del juego es identificar en él el oso de Berna camuflado en la montaña. Uno de los hijos de Tobler dijo una vez que la figura se inspiró en una pirámide humana que hacían las bailarinas en un cabaret francés, pero uno de sus nietos afirmó que era realmente un homenaje al triángulo francmasónico.
Desde los años 70, la marca dejó de ser una empresa familiar para hacer parte de otras multinacionales de alimentos (actualmente es parte de Molendez, filial europea de Kraft). Toblerone es un ícono, tanto que cuando sus productores decidieron adelgazar los trozos interiores, en el 2016, muchos de sus fanáticos en el Reino Unido protestaron airados.
Por lo pronto, la marca mantiene no solo su sabor original, como otras variedades, como las de chocolate blanco, oscuro, la de uvas y nueces o la de coco crispy.
La forma de su barra de chocolate causaba curiosidad. Se la asociaba con los alpes suizos, tanto que desde 1920 el logo fue el célebre monte Cervino y parte del juego es identificar en él el oso de Berna camuflado en la montaña. Uno de los hijos de Tobler dijo una vez que la figura se inspiró en una pirámide humana que hacían las bailarinas en un cabaret francés, pero uno de sus nietos afirmó que era realmente un homenaje al triángulo francmasónico.
Desde los años 70, la marca dejó de ser una empresa familiar para hacer parte de otras multinacionales de alimentos (actualmente es parte de Molendez, filial europea de Kraft). Toblerone es un ícono, tanto que cuando sus productores decidieron adelgazar los trozos interiores, en el 2016, muchos de sus fanáticos en el Reino Unido protestaron airados.
Por lo pronto, la marca mantiene no solo su sabor original, como otras variedades, como las de chocolate blanco, oscuro, la de uvas y nueces o la de coco crispy.
Fuente: El Tiempo
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