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Entre los principales tipos, se encuentra la harina de trigo, de maíz, de cebada, de avena y de arroz, entre otras. A su vez, dentro de cada una, también hay distinciones relevantes. En resumen, las que más se usan cotidianamente son las harinas de trigo integrales o las clásicas harinas 000 y 0000.
Harina de trigo: principales diferencias
La harina de trigo es la más común y es la que mayormente se encuentra en los hogares, dado que hay distintas variantes de la misma para preparar pastas, tortas u otras comidas. Se diferencia del resto de las harinas por la cantidad de gluten.
Las harinas integrales contienen todas las partes del cereal, por eso no pierden sus beneficios. Es rica en fibras y minerales y, por tal motivo, se diferencia de las harinas blancas porque aportan más nutrientes, vitamina E, ácidos grasos esenciales y otros minerales como magnesio, hierro y potasio. De hecho, hay más productos de almacén con esta harina que aportan las mismas propiedades
Las harinas blancas 000 se obtienen luego de moler el trigo. Se separa sólo el salvado y el germen. Su principal diferencia con la otra harina blanca es que la harina 000 es especial para productos de panadería. Es decir, es ideal para cocinar pan, bizcochos y otros alimentos que se pueden comprar en un almacén o panadería. Y, se diferencia del resto por ser más resistente y elástica.
Las harinas 0000 son más refinadas y blancas que sus predecesoras por el tratamiento que recibe. Son las elegidas para cocinar productos de pastelería o repostería, como un bizcochuelo; y también para comidas saladas como fideos o pizzas. Cabe destacar que, a diferencia de las anteriores, tiene menos cantidad de gluten.
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Harina de maíz
Otro tipo de harina existente es la de maíz. Esta se diferencia principalmente de las de trigo por no tener gluten. Esta propiedad permite que sea consumida por las personas que tienen intolerancia al gluten y no pueden comer alimentos que los contengan. Algunas de las comidas más conocidas que se preparan con esta harina son las arepas, cuyo origen se relaciona con Colombia y las tortillas de maíz.
Harina de avena
Este tipo de producto es similar a la harina de trigo integral. Igualmente, se diferencia por tener más beneficios para la salud. Es una harina que aporta un número importante de hidratos de carbono complejos y vitaminas B, ácidos grasos y algunos minerales. Su principal ventaja es su versatilidad para amoldarse a las recetas.
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Harina de cebada
En el almacén o supermercado es posible encontrar harina de cebada. Su principal diferencia con la harina de trigo es que, al igual que con la de maíz, las personas alérgicas al gluten la pueden consumir porque tiene un débil índice glucémico. Además, la harina de cebada regula el nivel de glucosa en sangre, por eso es recomendada para las personas con diabetes.
Otra de sus diferencias es que aporta más energía que el resto de las harinas y, como contiene almidón compuesto por carbohidratos complejos, son absorbidos sin que se forme grasa corporal como sucede con las harinas de trigo.
Principalmente se utiliza para espesar salsas porque tienen mayor consistencia. Igualmente, puede tener otros usos aunque carece de sabor. Para lograr resultados más exitosos se recomienda mezclar diferentes harinas y crear nuevas recetas en la cocina; siempre atendiendo a las propiedades.
Harina de arroz
Otro tipo de harina es la de arroz. Probablemente no sea la más popular pero sus propiedades son muy importantes. Al igual que algunas de las anteriores, no contiene gluten y se caracteriza por su fácil manejo. Es ideal para la comida asiática y, en específico, se la utiliza para preparar pastas, fideos de arroz o recetas que contienen tempura.
Fuente: El Diario
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