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¿Rojos, blancos o espumosos? Sigue los consejos de nuestra chef.
¿Quién no se ha sentido abrumado frente a docenas de vinos en un anaquel de supermercado? Rojos, blancos, espumosos, franceses, argentinos, con tantas opciones ¿cómo elegir el vino ideal? Antes de salir de tu casa debes empaparte con información que te ayudará en la selección.
Lo primero que debes de tener en cuenta a la hora de elegir un vino es la ocasión y tu presupuesto. ¿Piensas preparar una cena especial? ¿Qué alimentos servirás? ¿Será un ambiente elegante o casual? ¿Prefieres comer al aire libre, quizás disfrutar de un picnic en la playa? ¿Cuánto dinero puedes gastar en el vino?
Otro factor muy importante es tu paladar. ¿Te gustan los vinos dulces o amargos? ¿Prefieres vinos blancos o rojos? ¿Te encantan los europeos o prefieres experimentar con vinos del Nuevo Mundo? ¿Puedes conformarte con cualquier vino espumoso o prefieres solo champán?
Además de estos gustos personales también podrías considerar algunas “reglas” del vino. La regla antigua para seleccionar vinos era muy sencilla: el vino rojo era para acompañar carne roja y vino blanco era para los pescados y la carne blanca. Pero hoy día con la influencia moderna de los chefs todo está cambiando en la cocina. Así que lo ideal es experimentar con varios sabores para descubrir lo que más te gusta.
Por ejemplo, el famoso chef neoyorquino Eric Ripert es fanático de los vinos rojos de la región de Burdeos en Francia. Aunque su restaurante Le Bernardin se especializa en pescados, el chef prefiere acompañar todas sus comidas con vino rojo. “Podría tomar vino rojo de Burdeos con cada comida… Me hace feliz”, dijo el chef en una entrevista de Wine Spectator.
Si los grandes chefs están rompiendo las reglas también puedes hacerlo tú. He aquí unos consejos que te ayudarán a escoger el vino ideal.
Vinos espumosos
La champaña y los vinos espumosos como el prosecco (italiano) y la cava (español) son excelentes para acompañar aperitivos a base de mariscos. También van muy bien con croquetas, empanadas, aceitunas y frutas frescas. No olvides que este tipo de vino es ideal para hacer un brindis en una ocasión especial. Sírvelos fríos y mantén la botella siempre sobre hielo.
Vinos blancos
Típicamente los vinos blancos han sido reservados para los pescados, los mariscos y el pollo. Pero también son excelentes para acompañar pasta, arroces, ceviches y vegetales. Lo importante es tener en cuenta las propiedades de cada vino. Por ejemplo, un chardonnay de California que ha envejecido en un barril de roble, y tiene sabor a frutas tropicales y aroma a vainilla, complementaría muy bien el sabor suave de un queso como el Brie o una carne de cangrejo. La dulzura de un vino torrontés de Uruguay combina muy bien con carne de cerdo y comida picante, mientras que el toque mineral de un sauvignon blanc de Nueva Zelandia puede balancear la acidez del ceviche. Al igual que los vinos espumosos, es importante servirlos fríos y mantenerlos sobre hielo.
Vinos rojos
Lo más importante a la hora de escoger un vino rojo es conocer la diferencia entre los vinos “livianos” y aquellos con más “cuerpo”. Por ejemplo, el pinot noir es un vino rojo con una textura más liviana que la de un merlot. Esto lo hace ideal para acompañar pollo, salmón, pastas y vegetales a la parrilla. Los vinos con más cuerpo como el cabernet sauvignon van muy bien con jamón, churrasco y cordero. Dos vinos excelentes que podrías combinar con un sinnúmero de comidas y quesos son el carmenère y el malbec, ambos producidos en Chile y Argentina.
Vino rosado
El vino rosado se ha puesto muy de moda, tanto así que los actores Brad Pitt y Angelina Jolie están produciendo su propia variedad bajo el nombre Miraval. El vino rosé es excelente para acompañar comidas al aire libre generalmente durante las épocas más calientes del año. Va muy bien con pastas, ensaladas, carnes, empanadas, tacos y pescado. Siempre lo debes de servir frió.
Vinos para después de la cena
Otro tipo de vino para considerar son aquellos que se sirven con el postre. Aquí encontramos el jerez español, el eiswine (vino de hielo) de Alemania y el vin santo de Italia, entre otros. Estos vinos son más viscosos que los vinos regulares y se sirven en pequeñas cantidades. Aunque complementan muy bien los postres también son excelentes por sí solos. La dulzura del jerez, por ejemplo, también es un buen complemento al salado del jamón y las aceitunas.
Rose Colón
Fuente: aarp
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