No hablamos de sangrías, ni de rodear una botella de hielos, sino de que el cubito helado entre en contacto con la sangre de la tierra. ¿Crimen o solución aceptable? Santi Rivas, nuestro winelover, responde.
Cada verano surge un debate en torno al vino. A todos nos gusta cuando el calor aprieta eso de tomar una bebida fresquita, helada. Pero sabemos que es más por refrescarnos que por la bebida en sí, al fin y al cabo no nos cabe duda de que rozar la congelación no ayuda precisamente a la expresión del sabor. Entonces, qué demonios hacemos con el vino.
Para solucionar el debate del hielo en el vino hemos buscado al mayor experto en vinos del mundo, pero como estaba de vacaciones hemos llamado al nuestro, Santiago Rivas. Como sabrás de Santi si lees habitualmente de vinos en Esquire, no se queda corto de humor pero tampoco se toma a la ligera eso del respeto al vino. Nuestro winelover profesional nos aclara alguna que otra duda sobre el hielo y el vino y, aunque no nos anima a ello, nos habla de algunas excepciones para hacerlo. Eso sí, si lo que quieres es refrescar el gaznate, bebe un simple refresco como la cerveza (palabra de Santi).
Vinos fríos
Lo primero que hemos de recordar es que los vinos son una familia muy amplia y que, aunque solemos pensar en tintos, hay otros que sí se deben de servir fríos. Más allá de los blancos, que tampoco tienen que rozar la congelación, Santi nos recuerda que los espumosos (como el Champagne) sí son vinos que se tienen que tomar muy fríos. En resumen, que a cada uno lo suyo. Si queremos un vino frío, mejor tirar de espumosos y, también, de finos y jereces, que se deben servir también algo más fríos que el blanco.
Vino con hielo: las excepciones
Pero dejémonos de temperaturas y de neveras y vayámonos a lo importante. ¿Hay alguna excepción en la que sí podamos echarle un cubito de hielo al vino? Santi Rivas aquí habla de excepciones puntuales recordando una anécdota de la que puede que tengamos un equivalente en nuestras reuniones veraniegas al (maldito) aire libre.
Sí, las hay, aunque son muy localizadas. Yo he ido a una bodega a principios de junio. Pero hacer catas en la viña. Aunque está de moda, no se dan las condiciones para catar. Con el calor y la solanera que había, los vinos no estaban lo suficiente fríos para consumo de cata.
Era una cata profesional. Yo ahí no hubiera tenido problema en que si ves que el líquido está demasiado caliente metes un par de hielos de calidad para que el hielo enfríe y no agüe la bebida, retiras y resuelves el problema. Hielo, en determinadas circunstancias, sí; si lo estás utilizando no para hacer el gilipollas sino para enfriar la bebida como corresponde, con un hielo de gasolinera, echas dos cubitos y nada más frío, y lo desalojas, nadie puede poner una objeción a esto. Si alguien la pone, es un esnob o no tiene idea de vinos.
Aquí tenemos dos matices importantes. Lo principal es que el hielo no agüe la bebida, por lo que lo ideal es que sea uno o dos de los grandes, de gasolinera o supermercado. Y no, no serían para dejarlos en el vino hasta que bebiésemos agua, sino para enfriar y retirar. De nuevo, solo si el vino está caliente de más, no para dejarlo cual granizado.
¿Vino como refresco?
Entonces, ¿es una aberración? Rivas aquí ya habla de lo que quizás tú y yo tengamos en mente, beber vinos con hielo en cualquier garito, independientemente de cómo esté el vino o incluso de su precio. Simplemente porque queremos algo fresquito. Dejemos que Santi y su elocuencia winelover respondan a esta costumbre.
Esos son unos taraos, porque quieren un vino aguado. Eso es pasar del vino, querer un refresco. Como quien le echa casera, échasela si te da la gana pero ya no estás bebiendo vino.
Es entonces cuando le echamos valor, porque Santi ladra pero no muerde (solo bebe), y le preguntamos por la sangría. ¿Por qué sangría con hielo sí y vino con hielo no? Tras un "¿me lo estás diciendo en serio?, me gustaría tenerte delante ahora mismo" que nos hiela el vino para vampiros que nos corre a todos por las venas, volvemos a lo mismo.
La sangría es un refresco, no tiene ninguna pretensión. Es una bebida para pasar el rato pero un vino es otra cosa, un producto acabado cuyo diseño es para tomar como está. El problema de la temperatura se puede resolver de forma externa a la copa, por el ambiente o en botella. Si no te gusta, pues bebe otra cosa.
Aquí tenemos dos matices importantes. Lo principal es que el hielo no agüe la bebida, por lo que lo ideal es que sea uno o dos de los grandes, de gasolinera o supermercado. Y no, no serían para dejarlos en el vino hasta que bebiésemos agua, sino para enfriar y retirar. De nuevo, solo si el vino está caliente de más, no para dejarlo cual granizado.
¿Vino como refresco?
Entonces, ¿es una aberración? Rivas aquí ya habla de lo que quizás tú y yo tengamos en mente, beber vinos con hielo en cualquier garito, independientemente de cómo esté el vino o incluso de su precio. Simplemente porque queremos algo fresquito. Dejemos que Santi y su elocuencia winelover respondan a esta costumbre.
Esos son unos taraos, porque quieren un vino aguado. Eso es pasar del vino, querer un refresco. Como quien le echa casera, échasela si te da la gana pero ya no estás bebiendo vino.
Es entonces cuando le echamos valor, porque Santi ladra pero no muerde (solo bebe), y le preguntamos por la sangría. ¿Por qué sangría con hielo sí y vino con hielo no? Tras un "¿me lo estás diciendo en serio?, me gustaría tenerte delante ahora mismo" que nos hiela el vino para vampiros que nos corre a todos por las venas, volvemos a lo mismo.
La sangría es un refresco, no tiene ninguna pretensión. Es una bebida para pasar el rato pero un vino es otra cosa, un producto acabado cuyo diseño es para tomar como está. El problema de la temperatura se puede resolver de forma externa a la copa, por el ambiente o en botella. Si no te gusta, pues bebe otra cosa.
La imagen que tiene Santi Rivas de nosotros ahora mismo.
BETTMANNGETTY IMAGES
¿Cómo y cuándo enfriar el vino?
No pasemos por alto que Santi no está en contra de enfriar el vino, está en contra de aguarlo y casi congelarlo. Recordemos que siempre está la opción de poner la botella en una cubitera o pasarlo por el frigorífico un tiempo. Incluso podemos utilizar hielos para luego retirarlos de la bebida antes de que derritan.
Ahora vamos con otra duda que nos corroe por dentro, si esto del frío en verano es culpa nuestra o del vino, el "no eres tú, soy yo" de toda ruptura llevado a borrachera estival. ¿El vino se debe tomar más frío en verano o son imaginaciones nuestras, que queremos algo fresquito? El problema, por si había alguna duda, somos nosotros. El vino no necesita de diferentes temperaturas según la época del año, pero es que la temperatura del ambiente cambia con la estación (lógicamente). Igual que si estamos bajo cero necesitaremos "calentar" el vino, si estamos bajo el sol de agosto, también necesitaremos enfriarlo. Pero, normalmente, el vino en un restaurante (o en un lugar con aire acondicionado) está listo para consumir sin ayudas, y si no siempre podemos tirar de cubitera.
Otro debate, como bien apunta Santi, es que en verano nos apetezca más beber vinos fríos (blancos, espumosos, etc) que un tinto contundente. Eso, lógicamente, es cuestión de gustos, pero si nos encantan los tintos y queremos seguir tomándolos en verano, y lo congelamos, es que no nos gustan tanto los tintos… La estación, para dejar claro este punto, no debería influir en la temperatura a la que se debe servir el vino. Influye, eso sí, en las dificultades o herramientas necesarias para mantenerla.
¿Hay vinos pensados para tomar con hielo?
Para terminar, hemos de volver al principio. ¿Igual que hay vinos como los espumosos, que se deben de servir bastante fríos, hay vinos que se DEBAN (así, en mayúsculas) servir con hielo? La respuesta es sí, pero se trata de etiquetas muy concretas como el Moët Ice, de Moët Chandon. De nuevo, todo es cuestión de contextos. Vinos como ese están precisamente pensados para eso.
Fuente: Esquire
No hay comentarios. :
Publicar un comentario