Te damos algunas recomendaciones de vinos para Navidad y Año Nuevo
La cena es la parte favorita de la Navidad para mucha gente, cuando realmente deleitamos ese gusto por el buen comer, y claro, el buen beber. El vino por supuesto es parte fundamental de una cena navideña inolvidable y aquí te explicamos cuáles son los mejores vinos que puedes conseguir para marcar la ocasión.
Nada como un buen vino para bajar todos los deliciosos y pesados platillos que uno consume a la hora de la cena. ¿Pero qué vino elegir? Hay tantas opciones y el maridaje te puede cambiar la dinámica de toda la experiencia.
El maridaje se entiende como el acompañamiento de un platillo con una bebida, esto con el fin de acentuar los sabores de ambos. En teoría, el uno va a sacar lo mejor del otro y viceversa.
En el caso de la cena de Navidad, tu elección se puede basar en el platillo principal, porque todas las demás entradas van a girar en torno a ese platillo. Así que ve planeando bien el menú.
El más tradicional de todos los platillos navideños es el pavo, el cual suele estar bañado en salsas y relleno de todo lo que el chef pueda meter ahí adentro. Hay muchas variables en juego. Así que el vino adecuado tiene que jugar con mucho, incluyendo las guarniciones.
El vino tinto de preferencia para el pavo suele ser el Pinot Noir. Entre los blancos, una apuesta muy segura es el Sauvignon Blanc. Pero tal vez el más versátil sea un Chardonnay.
La pierna es otro favorito de la cena navideña entre los platillos fuertes. Ya sea cocida, ahumada o bañada en miel, la pierna exige algo dulce en el paladar para acompañar.
Puedes satisfacer a todos en la mesa con un Riesling entre los vinos blancos, o si prefieres un tinto, ahí tienes un Beaujolais. ¿No te gusta ninguno de estos o demuestran ser algo difíciles de conseguir? Prueba con un Zinfandel.
La costilla asada no suele ser un platillo tradicional de la cena navideña, pero es una buena opción para la familia, cuando nadie quiere tomarse tantas molestias con el pavo. Por supuesto, los vinos blancos suelen quedar cortos ante el fuerte perfil de sabor de un prime rib, por lo que no hay motivo para moverse de los tintos.
En esta categoría, harías bien en conseguir un Cabernet Sauvignon o quizás un Tempranillo. ¿Otro acierto? Prueba con un Malbec argentino.
Navidad
Nada como un buen vino para bajar todos los deliciosos y pesados platillos que uno consume a la hora de la cena. ¿Pero qué vino elegir? Hay tantas opciones y el maridaje te puede cambiar la dinámica de toda la experiencia.
El maridaje se entiende como el acompañamiento de un platillo con una bebida, esto con el fin de acentuar los sabores de ambos. En teoría, el uno va a sacar lo mejor del otro y viceversa.
En el caso de la cena de Navidad, tu elección se puede basar en el platillo principal, porque todas las demás entradas van a girar en torno a ese platillo. Así que ve planeando bien el menú.
PAVO
El más tradicional de todos los platillos navideños es el pavo, el cual suele estar bañado en salsas y relleno de todo lo que el chef pueda meter ahí adentro. Hay muchas variables en juego. Así que el vino adecuado tiene que jugar con mucho, incluyendo las guarniciones.
El vino tinto de preferencia para el pavo suele ser el Pinot Noir. Entre los blancos, una apuesta muy segura es el Sauvignon Blanc. Pero tal vez el más versátil sea un Chardonnay.
PIERNA
La pierna es otro favorito de la cena navideña entre los platillos fuertes. Ya sea cocida, ahumada o bañada en miel, la pierna exige algo dulce en el paladar para acompañar.
Puedes satisfacer a todos en la mesa con un Riesling entre los vinos blancos, o si prefieres un tinto, ahí tienes un Beaujolais. ¿No te gusta ninguno de estos o demuestran ser algo difíciles de conseguir? Prueba con un Zinfandel.
PRIME RIB
La costilla asada no suele ser un platillo tradicional de la cena navideña, pero es una buena opción para la familia, cuando nadie quiere tomarse tantas molestias con el pavo. Por supuesto, los vinos blancos suelen quedar cortos ante el fuerte perfil de sabor de un prime rib, por lo que no hay motivo para moverse de los tintos.
En esta categoría, harías bien en conseguir un Cabernet Sauvignon o quizás un Tempranillo. ¿Otro acierto? Prueba con un Malbec argentino.
Champagne, imagen ilustrativa (Pixabay)
Año Nuevo
Aunque la fiesta de Año Nuevo no se distingue por la típica cena generosa con toda la familia alrededor de la mesa -como la Navidad o el Día de Acción de Gracias- sí hay mucho vino para todos.
De hecho, el vino juega un papel importante cuando el reloj marca ceros y arrancan los primeros segundos del nuevo año. Por tal motivo, esta celebración suele ser asociada con la emoción de disparar el corcho de una botella de vino espumoso, y sobre todo si es un champagne.
¿Por qué? Porque la gente espera un año de triunfos y logros importantes. Es un día de supersticiones y ritos excéntricos, y la gente suele marcar la ocasión con la bebida más cara que tiene en su cocina, por lo general, la champaña.
Ahora bien, si no estás dispuesto a abrir tu champagne más fino, ni siquiera para celebrar la conclusión del segundo año más accidentado del siglo XXI, entonces no estaría de más celebrar con un Prosecco, un spumante italiano, o un rosé.
Te ahorras más de la mitad del precio y es posible que nadie note la diferencia.
Fuente: Televisa
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