En principio no es buena señal, pero pueden suceder varias cosas. Las vemos en la nota.
Lo primero que hay que saber, que para realmente darse cuenta si el vino está arruinado es necesario olerlo o probarlo. Un corcho que gotea claramente no es buena señal y esto puede haber sucedido por un defecto del corcho.
Muchos tapones, sobre todo naturales, se encogen porque se secan. Otra razón puede ser que la botella fue expuesta al sol o al calor, y hace que el líquido se expanda y pase el corcho.
Más allá de esto, puede darse que el vino aún se encuentre en condiciones. Pero seguramente con modificaciones en el grado sensorial del mismo. Esto va hacer que aparezcan otros aromas y sabores diferentes a si el vino si hubiera mantenido en correcta condiciones.
Concretamente, lo que sucede es que el líquido entra en contacto mayor con el oxígeno. Esa exposición excesiva al aire produce mayor oxigenación que la adecuada para evolucionar "correctamente".
Lo que nos va a producir es un sabor más agobiante, "cansado" como le dicen los sommeliers. Para ser específicos: una manzana recién cortada versus un manzana dejada al aire libre durante un rato. Saben diferentes.
En los vinos que se arruinan por el calor, el sabor de la fruta fresca desaparece y si todavía está tomable, aparecen frutas cocidas, como compota. Si el vino está arruinado, es decir avinagrado, no tiene que haber temor que te intoxique, simplemente no a saber muy bien, nada más.
Fuente: MDZ
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