Un desayuno típico en un bar español. |
Un nuevo estudio sugiere que la frecuencia de comidas y el tiempo que pasa entre las mismas es importante para alargar la vida.
Durante muchos años, una de las recomendaciones estrella dentro de un estilo de vida saludable, o más bien dentro de una dieta saludable, ha sido la famosa frase de "realizar cinco comidas al día". Si bien es cierto que este patrón alimentario puede ser óptimo para algunos, no habría demostrado ser el mejor ni debería popularizarse a nivel general. De hecho, no son pocos los estudios que aconsejarían reducir este número de comidas a tan solo dos o tres, siendo este último caso el más estudiado y recomendado.
Ahora, un nuevo estudio publicado en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics sugeriría que la frecuencia de comidas, y el tiempo que pasa entre las mismas, sería importante para alargar la vida.
En estudios previos se habrían analizado de forma concienzuda las mejores y peoras pautas dietéticas, centrándose en la ingesta alimentaria y los patrones en general. Sin embargo, poco se sabe realmente sobre otros comportamientos alimentarios, tales como la frecuencia de comidas, la omisión de las mismas (saltarse comidas), el tiempo adecuado entre comidas y su relación con la mortalidad.
Así pues, en este nuevo estudio se analizaron datos de 24.011 adultos mayores de 40 años que contestaron a una serie de preguntas de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de los Estados Unidos entre los años 1999 y 2014. Los comportamientos alimentarios de estos participantes se evaluaron mediante preguntas sobre su consumo y comportamiento alimentario durante las 24 horas previas, mientras que la mortalidad y las posibles causas subyacentes de la misma se determinaron mediante registros de defunción hasta el 31 de diciembre de 2015.
El estudio se centro sobre todo en mortalidad por cualquier causa, y en mortalidad a raíz de enfermedad cardiovascular en particular. Según sus hallazgos, tras analizar los datos durante un seguimiento promedio de 15 años, se detectaron 4.175 muertes, incluyendo 878 muertes por causa cardiovascular en particular. Se detectó, así mismo, que la mayoría de los participantes solían comer una media de tres veces al día.
En comparación, aquellos participantes que comían tan solo una vez al día tenían un riesgo superior tanto de morir por cualquier causa como de morir por enfermedad cardiovascular en especial.
Así mismo, los participantes que se saltaban el desayuno también tenían un mayor riesgo de mortalidad cardiovascular en comparación a los que sí realizaban dicha comida. Este riesgo superior de mortalidad también se objetivó al saltarse la comida o la cena, aunque en menor grado, en comparación a realizar las mencionadas tres comidas al día.
Como conclusión, los autores sostienen que comer una sola vez al día se asociaría con un mayor riesgo de mortalidad tanto por causa cardiovascular como por cualquier causa en general. El hecho de saltarse el desayuno aumentaría la mortalidad por causa cardiovascular, mientras que saltarse la comida o la cena se asociaría con una mayor mortalidad general. Así mismo, respecto a los intervalos entre comidas, se objetivó que comer antes de que pasen al menos 4.5 horas (si se hacen las mencionadas tres comidas diarias), también se asociaría con una mayor mortalidad en general.
Como limitaciones del estudio, cabe destacan que se trata de un estudio prospectivo y no de un ensayo clínico; si bien hubo un seguimiento de los participantes, las encuestas tan solo tenían en cuenta la ingesta alimentaria y los hábitos alimentarios en general de las 24 horas previas y no de una forma continua y sostenida, y tampoco se tenía en cuenta el tipo de comida realizada ni su densidad calórica o nutricional. Como siempre, será necesario continuar investigando.
Roberto Méndez
Fuente: El Español
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