Un asunto bastante polémico, ya que lleva a identificar (al menos por parte del consumidor menos iniciado) como vino de más calidad aquellos que contienen largos periodos de envejecimiento.
Volvemos a conceptos básicos que muchas veces pensamos que son sencillos y, como casi todo en la vida, profundizando presentan bastante complejidad.
Esta vez la escuela de filosofía winelover de Esquire versa sobre el tema de la crianza del vino en barricas de roble, esto es lo que acaba provocando que una botella sea Crianza, Reserva, Gran Reserva o simple Cosecha.
Este tipo de clasificación es un asunto bastante polémico y es que viene a identificar, y así lo percibe el consumidor menos iniciado, como vino de más calidad (al menos más caro) aquellos que contienen largos periodos de envejecimiento en detrimento de los que presentan emancipamientos más tempranos.
Sin duda este tipo de clasificación tiene su epicentro en la DOCa Rioja, constituida como tal en junio de 1925, en donde disponen de diferentes certificaciones dependiendo del tiempo de crianza.
Estos periodos varían de unas denominaciones de origen a otras, pero, aunque realmente no sea así, todas las que utilizan este criterio coinciden en, de alguna manera, justificar ante el consumidor que una botella cueste 20 euros y otra 45 euros.
Este subtexto ha generado toda una corriente crítica que piensa que esta variable no es garante de calidad, una muestra institucional de ello es que la reciente DOP Cebreros ni la contempla.
Lo malo es que algunos acaban metiéndose en otro jardín de dimensiones babilónicas al indicar que lo ideal es estar al origen del vino, esto es a la uva, que a su vez es el viñedo.
Su geolocalización, orientación y composición.
Este sistema de organización de calidad es muy francés, borgoñón en concreto, y ya ha entrado en diferentes legislaciones como la mencionada DOCa Rioja (no se pierde una fiesta), o DOQ Priorat, en donde hasta identifican viñedos en su etiquetado.
Pues esto también genera controversia dado que muchos productores tampoco ven la relación entre excelencia y que un vino provenga de un solo viñedo.
Vamos que nadie está contento.
Todos tienen razón y ninguno, el problema es querer hacer de esto un ejercicio de simplificación desinformativo.
Normalmente las bodegas destinaran sus mejores viñedos o, vamos a denominarlos, idóneos para las largas crianzas. Los grandes reservas si están bien hechos y todo tiene coherencia serán mejores vinos que los reservas o crianzas.
Esto no quiere decir que siempre sea así, hay contextos y situaciones que a lo mejor hacen que prefieras un Godello de 2021 a un Viña Tondonia Blanco Gran Reserva (a mí no se me ocurren, pero eso es irrelevante).
Por supuesto hay bodegas que degradan el vino al someterlo a crianzas invasivas que no necesitaban, resultando que están mejor sus crianzas que sus reservas, esto pasa mucho por ejemplo en la DO Ribera del Duero.
Pero es que en lo concerniente al viñedo pues también toca relativizar, hay bodegas que mezclando viñedos ofrecen resultados de clase mundial (pero aquí y en Burdeos la gran patria del ensamblaje) y otras que tienen unas viñas tan privilegiadas que juntarlas con otras sí que podría ser infrautilizarlas.
Os habéis quedado igual, pero es lo que hay.
Por tanto, para que no os sintáis del todo estafados, tampoco es que os estemos cobrando por leer esta formación, voy a recomendar unas referencias espectaculares de cada categoría.
Santi Rivas
Fuente: Esquire
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