Edulcorante. | Unsplash. |
Esta planta medicinal no solo da el toque dulce a las bebidas y comidas de un paciente, sino que también le ayudará a combatir la enfermedad
Cuando se diagnostica a un paciente con diabetes lo primero que este va a hacer es cambiar su dieta. En concreto, la forma en la que consume azúcar. Una muy buena alternativa es la stevia, una planta medicinal que no solo da el toque dulce a las bebidas y comidas de un diabético, sino que también le ayudará a combatir la enfermedad.
La stevia se saca de un arbusto tupido originario del noreste de Paraguay, en el valle del río Monday, donde se llamaba ka’a-hée (hierba dulce). Fue introducida a Europa en 1887, descrita y clasificada en 1889 por el botánico suizo Moisés Santiago Bert y fue nombrada científicamente por el doctor Bertoni como ‘Stevia rebaudiana Bertoni’. También se encuentra en Brasil y Argentina.
Se conocen más de 200 tipos de stevia, pero la rebaudiana es la más popular y la única con propiedades edulcorantes por sus compuestos esteviósidos. Esta planta, además de para las personas que sufren la enfermedad degenerativa crónica, también es favorable para las personas que sufren de obesidad o tienen la presión arterial alta.
Tradicionalmente se ha utilizado solo como edulcorante, pero en estos últimos años la hoja de la stevia ha sido consumida como tal o preparada en tés para pacientes diabéticos con el fin de reducir los niveles de glucosa en la sangre, según el documento Plantas medicinales, la realidad de una tradición ancestral, de los investigadores Horacio Guzmán Maldonado, Rocío Díaz Huacuz y Mario González Chavira, publicado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México (Sader).
Un campo de la planta stevia, para combatir la diabetes. Fuente: Europa Press. |
«Las hojas de estevia contienen varios compuestos que son conocidos como glucósidos de esteviol, los cuales no son calóricos y presentan un alto poder edulcorante. Se conocen al menos quince glucósidos de esteviol de los cuales el esteviósido y el rebaudiósido A, son los más importantes. El esteviosido es 143 veces más dulce que el azúcar, mientras que el rebaudiósido A es 242 veces más dulce. Además de estos compuestos, la estevia contiene otros que presentan actividad biológica incluyendo los flavonoides, ácido quínico y caféico y sus derivados, sesquiterpendoides, oligosacáridos y retinoles», se lee en el documento.
Estas hojas «reducen los niveles de glucosa en sangre en pacientes con diabetes tipo II y protegen contra el daño renal y hepático además de presentar efectos terapéuticos contra diversas enfermedades como el cáncer, hipertensión, inflamación, cistic fibrosis, la obesidad y la caída de dientes», añaden.
Investigadores reportaron que los «extractos de estevia ricos en polifenoles incrementaron el nivel de insulina en ratas y en consecuencia se presentó una disminución del daño renal, así como una mayor actividad de enzimas antioxidantes. Adicionalmente, se han realizado estudios clínicos en los cuales se evaluó el efecto de la hoja de estevia, reportándose que esta disminuye los niveles de glucosa en ayuno, mejora la glucosa postpryial (que se presenta después de consumir alimentos) y eleva los niveles de insulina».
Advertencias sobre la stevia
Aunque la stevia aporta muchos factores positivos y prácticamente no tienen calorías, no hay pruebas científicas de que ofrezcan una ventaja para la pérdida de peso en comparación con otros edulcorantes no nutritivos, por lo que siempre hay que tomarlo con moderación. Uno de los efectos secundarios leves de sus extractos altamente refinados pueden son las náuseas o sensación de saciedad.
Se debería tener en cuenta que la stevia pertenece a la familia de plantas asteraceae/compositae, dentro de la que se incluye la ambrosía, crisantemos, caléndulas, margaritas y muchas otras plantas. Por lo que, en teoría, las personas alérgicas a la ambrosía y plantas afines también pueden ser sensibles a la stevia.
Otra advertencia es que sobre esta planta no hay suficiente información confiable para saber si es seguro tomar stevia durante el embarazo o la lactancia.
Jimena Garrido
Fuente: The Objective
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