¿Has probado el vino caliente en alguna ocasión? Se trata de una bebida tradicional consumida en varios países de Europa: ¿sabes cuáles son? En este artículo se explica cómo se prepara, quién toma vino caliente y cuándo es la mejor época para hacerlo.
Qué es el vino caliente
Esta bebida, también llamada glögg por su origen nórdico, por norma general se hace con vino tinto de una cosecha reciente, es decir se emplea un vino tinto joven. Además, cuenta con varios ingredientes que mejoran su sabor y le proporcionan diferentes matices en función del gusto de quien lo prepara. Algunas de las especias que suelen emplearse son la pimienta, el anís, el clavo, la canela o la nuez moscada.
También es habitual que en estos vinos se utilicen cítricos, puesto que de este modo se realza su sabor. La naranja es común y, si se quiere aumentar su presencia, se puede recurrir al limón.
Cómo se hace
Su elaboración es muy sencilla. Lo más recomendable es seleccionar un vino tinto joven o, si la ocasión lo requiere, un vino blanco. Para aportar un mayor dulzor, se puede incorporar un poco de azúcar al gusto a la mezcla, pero sin pasarse. A continuación, simplemente es necesario introducir todos los ingredientes seleccionados en una pequeña olla.
Por último, se ha de calentar el vino para que alcance la temperatura adecuada, que es aquella en la que se caliente sin llegar a hervir, es decir a fuego lento ya que no debe entrar en ebullición. Cuando veamos que parece que va a comenzar a hervir apagamos el fuego y dejamos reposar cinco minutos.
Antes de servirlo, se pasa por un colador para eliminar todos los restos sólidos.
En cuanto a su graduación, suelen ser bebidas bastante suaves, puesto que durante su preparación se evapora una parte del alcohol. No obstante, también hay variedades con algo más de cantidad, algo que depende de la temperatura a la que se haya preparado y el tiempo que permanezca en cocción.
Truco: si quieres una mayor expresión de sabores, puedes infusionar en frío fuera de la nevera todos los ingredientes durante un par de horas antes de la cocción. Por otro lado, si deseas una mayor graduación del glögg, calienta brevemente el preparado, el tiempo mínimo para que se caliente la bebida.
El consumo de este vino tiene una estrecha relación con el invierno, ya que durante esta época es de gran ayuda para que el cuerpo entre en calor. Por este motivo, se dispara su venta en los mercados navideños que se ubican en la calle.
Dónde y cuándo es habitual tomar vino caliente
La tradición de beber esta clase de vino está muy arraigada en Europa. De hecho, los romanos ya empleaban algunas especias con el vino para ayudar a que se conservase durante más tiempo. Unos siglos más tarde, durante la Edad Media, se desarrollaron nuevas recetas y se incorporó el azúcar para darle un sabor más dulce. Varios años después, se adaptó a los diferentes climas y comenzó a servirse caliente.
Esto ha producido un curioso efecto en todo el continente, y es que prácticamente todos los países con climas fríos en invierno beben este vino para combatir las bajas temperaturas. La tradición hace que se suela consumir mayoritariamente durante el Adviento y hasta la conclusión de las fiestas navideñas.
Entre los países que beben vino caliente se encuentran todos los ubicados en Escandinavia. También es común en Dinamarca, Alemania, Polonia, Austria, República Checa, Rumanía y Suiza. Además, en lugares con unas temperaturas más templadas, como Bélgica, Países Bajos o Luxemburgo, se puede encontrar en cualquier bar. Por último, hay pequeños rincones como el norte de Italia o la zona francesa de Alsacia donde se ha convertido en una tradición navideña.
Variaciones de la bebida
Los países nombrados tienen diferencias importantes en cuanto al tipo de vino que emplean. Si bien se ha mencionado al principio del post que se elabora con vino tinto, en naciones como Austria e Italia es más común decantarse por el blanco. Por otro lado, en la zona de Alsacia lo tradicional es emplear miel en lugar de azúcar para endulzar el vino.
En Alemania, sin embargo, lo que se suele hacer es añadir otros licores a la receta. Uno de los más habituales es el ron, pero también el licor de Kirsch. En este país hay otra variedad más denominada Apfelwein, que traducido al castellano sería algo similar a vino de manzana. En este caso, está elaborado con sidra en lugar de vino y con agua.
Disfruta de esta interesante bebida
Este vino ofrece muchas ventajas en la cocina. Quien se atreve a experimentar un poco con él obtiene nuevos sabores al añadir distintas especias o frutas a la mezcla. Además, la calidad del vino es aún mayor si se opta por ingredientes naturales para su elaboración.
Es una bebida que puede acompañar a cualquier receta y también será bienvenida en las frías tardes invernales. Si se sustituye el consumo de alternativas industriales por el vino hecho en casa, se conseguirá todo lo necesario para una velada inolvidable.
En resumen, el vino caliente es una tradición navideña que merece mucho la pena. Su receta es muy simple y no se tarda más de 20 minutos en tener lista esta bebida. Su calor ayuda a mantener una buena temperatura corporal en los días más fríos del invierno y, además, su sabor hace disfrutar de cada sorbo.
MANUEL RIVERA
Fuente: Vinetur
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