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- Pese al gusto de los españoles por tomar la cerveza helada, hacerlo puede ser un error.
- Los expertos explican que se pierden matices, aromas y por lo tanto perjudica a su sabor real.
- ¡No se toma helada! Cinco mitos y verdades sobre cómo beber cerveza
En España, cosa que no ocurre en otras partes del mundo, la tradición es beber la cerveza fría, muy fría, tanto que incluso se piden jarras heladas para que pueda conservar esta condición durante más tiempo.
Lo malo es que la ciencia ha descubierto que podría ser un error. Los maestros cerveceros explican que la cerveza siempre debe tomarse en una jarra o vaso porque mantiene mucho mejor los matices de aromas y sabores.
Entonces, ¿qué ocurre cuando metes la cerveza en una jarra helada? En primer lugar que, según diferentes estudios, la forma de la copa y el diseño influyen en la percepción del sabor de la bebida.
Cuando pides una cerveza en una copa o jarra congelada suele estar en un macrocongelador que contiene más alimentos, esto modifica el sabor de la cerveza en el vaso, además de mezclarse con el líquido del propio hielo cuando se derrite.
La textura de la espuma también cambia al entrar en contacto con el líquido, porque rompe la armonía de la cerveza y baja el nivel de cremosidad. Esto ocurre porque los cristales de hielo adheridos a las paredes de los vasos crean dificultades a la hora de formar la espuma.
Según explica José L. Corral, de For beer planet, en el blog Cervezas frías, servir cerveza en vasos o jarras heladas apaga los sabores y además insiste en que el frío inhibe la volatilización de los compuestos aromáticos de las cervezas, convirtiendo una "birra compleja en una cervecilla delgada y plana", explica.
En otras palabras: "Tomar una cerveza extremadamente fría es como ver Star Wars en el cine con las luces encendidas: se pierden matices, pero también se ocultan posibles defectos", bromea.
Por este motivo, es importante conocer la temperatura adecuada para cada tipo de cerveza. Sus recomendaciones principales son:
Y si duda, siempre es bueno leer las etiquetas porque muchas marcas de cerveza indican la temperatura óptima ahí mismo, para que todos puedan ser expertos cerveceros desde casa sin mucho esfuerzo.
Lo malo es que la ciencia ha descubierto que podría ser un error. Los maestros cerveceros explican que la cerveza siempre debe tomarse en una jarra o vaso porque mantiene mucho mejor los matices de aromas y sabores.
Entonces, ¿qué ocurre cuando metes la cerveza en una jarra helada? En primer lugar que, según diferentes estudios, la forma de la copa y el diseño influyen en la percepción del sabor de la bebida.
Cuando pides una cerveza en una copa o jarra congelada suele estar en un macrocongelador que contiene más alimentos, esto modifica el sabor de la cerveza en el vaso, además de mezclarse con el líquido del propio hielo cuando se derrite.
La textura de la espuma también cambia al entrar en contacto con el líquido, porque rompe la armonía de la cerveza y baja el nivel de cremosidad. Esto ocurre porque los cristales de hielo adheridos a las paredes de los vasos crean dificultades a la hora de formar la espuma.
Según explica José L. Corral, de For beer planet, en el blog Cervezas frías, servir cerveza en vasos o jarras heladas apaga los sabores y además insiste en que el frío inhibe la volatilización de los compuestos aromáticos de las cervezas, convirtiendo una "birra compleja en una cervecilla delgada y plana", explica.
En otras palabras: "Tomar una cerveza extremadamente fría es como ver Star Wars en el cine con las luces encendidas: se pierden matices, pero también se ocultan posibles defectos", bromea.
Por este motivo, es importante conocer la temperatura adecuada para cada tipo de cerveza. Sus recomendaciones principales son:
- Un rango de temperaturas óptimo para todas las cervezas podría ir entre los 3 y los 13ºC, con algunas excepciones.
- Una regla nemotécnica que propone José es servir la cerveza a 2ºC más que su porcentaje de alcohol por volumen (ABV). Es decir, una cerveza de 8% AVB se serviría a una temperatura de entre 8 y 10ºC.
- Como norma general, las cervezas Lager, fermentadas a más baja temperatura que las Ale, serán servidas más frías que las de alta fermentación.
- Las cervezas oscuras se deben servir más tibias -que no calientes- que las claras.
- Las cervezas de menor graduación alcohólica deben servir más frías que las de alta graduación.
- Es preferible servir la cerveza unos pocos grados por debajo de la temperatura óptima, ya que las manos del consumidor añadirán tibieza a la birra.
Y si duda, siempre es bueno leer las etiquetas porque muchas marcas de cerveza indican la temperatura óptima ahí mismo, para que todos puedan ser expertos cerveceros desde casa sin mucho esfuerzo.
Irina Pérez
Fuente: Business Insider
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