Una receta para disfrutar en cualquier momento del día. Foto: Pexels |
- El tiempo en la licuadora es el tip más importante para que esta preparación no muera en el intento.
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El agua de limón o limonada se originó en el Antiguo Egipto. Algunos historiadores señalan que su primera aparición se dio en el siglo X y se popularizó por su facilidad a la hora de prepararla. Sus ingredientes son el jugo de limón, agua y azúcar. Aunque en diferentes partes del mundo se toma como una bebida refrescante, en otras es una de las mejores mezclas para añadirle alcohol. Con el tiempo en los recetarios se han agregado diversidad de preparaciones con esta tradicional bebida. Existe la limonada de coco, hierbabuena, cereza, mango biche, panela y lychee, ente otras, y aunque llevar su receta a la práctica es muy “sencillo” hay algunos contratiempos que se dan en el camino que dejan como resultado una bebida agria y por qué no difícil de tomar.
En Gastronomía y recetas de El Espectador te damos algunos tips para que pongas en marcha y disfrutes de esta bebida sin complicaciones:
El tiempo en la licuadora es muy importante. No caigas en este error. Cuando vayas a hacer limonada deja que los limones se muelan en el agua únicamente por 3 segundos, de esta manera conservarás la frescura de esta fruta durante más tiempo.
Sirve de inmediato. Apenas termines de hacer esta preparación llévala a una jarra con un colador para que los restos del limón no se confundan con el líquido y se amargue muy rápido.
Los limones en buen estado. Es importante que a la hora de comprar limones no estén “magullados” o excesivamente duros, es clave que luzcan bien, de ahí que se garantice el éxito de tu preparación.
Retira la parte blanca del limón. Los gajos de tus limones deben estar absolutamente transparentes, esto va a garantizar que el amargor de tu receta no se multiplique y se pueda disfrutar sin problema.
Fuente: El Espectador
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