"Hay un cacao de mucha calidad, hay gente que lo cuida mucho, hay personas que miman mucho el producto y el origen y el proceso de este cacao, y es importante cuidarlo y valorarlo", dijo Crusellas, de 27 años, al finalizar una clase sobre escultura de chocolate que dio en una pastelería en Caracas, donde se desarrolla una maestría avalada por la Escuela de Pastelería del Gremio de Barcelona (EPGB).
Durante su visita de una semana a Venezuela, el primer país que conoce de Suramérica, Crusellas fue a una hacienda y a una plantación, a la que "solo se llega en una pequeña barca", en el céntrico estado de Aragua, donde vio "un ambiente muy bonito", con "gente muy amable".
"Cuidan el producto muchísimo a todos los niveles, ya sea en la recolección, en el fermentado, en el secado, y ha sido una experiencia muy bonita, porque vivir realmente cómo se cultiva, cómo se transforma el cacao con la gente que lo hace, ha sido, realmente, muy positivo", afirmó.
El maestro chocolatero expresó sentirse "muy contento de poder transmitir" su "forma de entender la pastelería" en Venezuela, donde vio "mucho talento" y una "actitud a querer aprender, emprender e innovar".
"Hay muchas ganas de aprender, que es lo más importante", expresó Crusellas, para quien ha sido "un auténtico placer" conocer el país, al que está "seguro" que volverá.
Crusellas, reconocido recientemente como el mejor Chef Pastelero de 2023 por la Academia Internacional de Gastronomía (AIG), fue invitado por María Evans, propietaria de la pastelería caraqueña en la que impartió sus clases y a la que conoció en Cataluña, donde el catalán tiene tiendas de productos pasteleros y chocolateros.
Fuente: Swiss Info
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