Café preparado para llevar / Foto: Pexels |
- Expertos y estudios coinciden en que es más efectivo tomar el café a media mañana que justo después de despertarse. La clave está en la hormona del cortisol
- Por qué no hay que tomar café nada más levantarse: el error que comete todo el mundo
Aunque las cifras bailan dependiendo del estudio, todos coinciden en señalar el café como unas de las bebidas más consumidas del mundo. Cada día se calcula que se toman entre 1,5 y 2 millones de tazas de café y también se sabe que casi dos terceras partes de ese consumo cafetero diario se concentra en la mañana.
Con este contexto es fácil entender por qué el consumo de café y su relación con la salud genere muchas dudas y unas cuantas leyendas. También, por supuesto, mucho negocio. De ahí que una rápida búsqueda permita dar con un buen surtido de estudios aparentemente serios y que avalan conclusiones que parecen opuestas.
Recientemente el diario The Guardian reunía algunos de los más interesantes para intentar dar con respuestas más o menos clara. ¿La conclusión? Que tomar entre dos y cuatro cafés al día es saludable. Eso no significa necesariamente —matizan— que aporte algún tipo de beneficio, como señalan diferentes estudios. Pero al menos sí parece claro que no es perjudicial.
Más útil a media mañana
Mujer tomando un café en la cama / Foto: Pexels |
Repartir esas ingestas de café a lo largo del día tampoco es tan sencillo como podría parecer. O, mejor dicho, se suele partir de un concepto erróneo para justificar el café a primera hora de la mañana: ayuda a despertarse y ponerse en marcha para afrontar el día.
No es que la cafeína no tenga ese efecto, es sencillamente que el cuerpo no lo necesita a primera hora. La razón es el cortisol, una hormona responsable en gran medida de la capacidad de respuesta al estrés y que a primera hora de la mañana está en plena forma.
Es decir, nuestro cuerpo ya dispone de forma natural de ese efecto que esperamos de una taza de café, que en realidad será mucho más útil a media mañana, cuando los niveles hormonales de cortisol ya estén algo más bajos. Vaya, que no hace falta saltar de la cama e ir corriendo a la cafetera.
Así lo confirma Laura Alsina, nutricionista del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona, perteneciente a Quirónsalud, que frente a las prisas por el café, propone algo más lógico: “lo ideal sería esperar a que el cuerpo sienta esa sensación de hambre y tomar el café con el desayuno”.
Las mejores horas
Camarera sirviendo un café / Foto: Pexels |
Un estudio de 2020 del Centre for Nutrition, Exercise and Metabolism de la Universidad de Bath en Reino Unido demostraba la relación entre la hora de este primer café y el control y regulación de azúcar en la sangre. Una función de la que se encarga, efectivamente, el cortisol.
El café de media mañana sería, por tanto, mucho más efectivo que el de primera hora, según todos los expertos. Hablamos, claro, de su efecto estimulante, dejando a un lado que a los amantes de esta bebida en su faceta más gourmet les apetecerá una buena taza de café —de especialidad, por supuesto— a cualquier hora.
Siguiendo con esta lógica de altibajos de cortisol a lo largo del día, el café encajaría perfectamente en los valles hormonales no en los picos, cuando incluso puede ser contraproducente puesto que un exceso de estimulación y de cortisol puede afectar a los niveles de azúcar y acabar provocando cansancio.
No hay, lógicamente, un horario preciso al respecto, pero sí coincidencias a la hora de señalar que tras ese primer café —entre dos y cuatro horas después de haberse despertado— el final de la mañana o las primeras horas de la tarde pueden ser también buenos momentos para tomar otra taza.
Fuente: Hule y Mantel
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