El vino picado presenta un sabor más ácido y rancio. Unsplash |
Esta bebida se estropea por un exceso de oxígeno en su elaboración, el embotellado o la conservación
Cuando un vino se estropea, se dice que está picado. Esto ocurre cuando las bacterias acéticas, responsables de la acidez del caldo, aumentan de forma excesiva, desequilibrando la bebida. Y ese aumento de las bacterias acéticas se produce por el contacto excesivo con oxígeno durante la elaboración, el embotellado, la comercialización o la conservación del vino.
Al vino picado también nos referimos como acetificación o avinagramiento, pues precisamente la alteración en las propiedades organolépticas del caldo provoca que presente un sabor mucho más ácido y rancio. Cuando está picado, su sabor se arruina y ya no resulta agradable disfrutar de una copa de vino, pues será más parecido a beber vinagre, lo cual de hecho puede causarnos un desagradable dolor de barriga. Por consiguiente, conviene saber detectar cuándo un vino está picado.
En qué debes fijarte para saber si un vino está picado
En primer lugar, ahondemos en cómo saber si un vino está picado una vez abierto. Hay tres aspectos fundamentales que te desvelarán el mal estado del caldo: su sabor, su olor y su aspecto.
A simple vista, el vino picado presenta una consistencia turbia, sin brillo. Los vinos tintos están más opacos y los vinos blancos más oscuros. En el caso de los espumosos, carecen de sus burbujas. Además, puede haber partículas suspendidas en el vino o velos en su superficie. No obstante, los posos en el fondo no son un indicativo de que el vino esté picado.
En cuanto al olfato, si el vino está picado, desprenderá un característico olor a manzana podrida. Además, puedes apreciar aroma a sustancias químicas como pegamento y acetona. Respecto a su sabor, el vino picado tiene un fuerte gusto ácido y rancio, avinagrado, sin que se aprecien las notas afrutadas.
ALICIA RIVERA
Fuente: LaVanguardia
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