Con la llegada del invierno, muchas personas buscan la confortabilidad de una taza de té caliente para combatir el frío y disfrutar de sus beneficios relajantes, así como sus propiedades antioxidantes. Sin embargo, aunque es una bebida sencilla de preparar, hay errores comunes en su forma de consumir que pueden afectar la calidad y el sabor de esta bebida milenaria.
“El arte de preparar té requiere paciencia y habilidad para aprovechar al máximo todas sus cualidades. Seguir los pasos adecuados en su elaboración asegura obtener el mejor sabor y aroma, además de potenciar los beneficios para la salud mediante la liberación óptima de antioxidantes, vitaminas y minerales”, comenta Cristian Pastene, Tea trainer de Dilmah Latam.
En esa línea, el especialista de Dilmah comenta los seis errores más comunes al momento de preparar una taza:
- Exprimir la bolsa de té: muchas personas tienen la costumbre de estrujar la bolsa de té para extraer hasta la última gota. Sin embargo, esta práctica libera taninos en exceso, lo que puede hacer que el té quede con un sabor más amargo.
- Utilizar agua de la llave: idealmente no debemos usar agua de la llave, ya que es alta en minerales, tiene calcio, sodio, cloro y fluoruros que hace que el té no se exprese de la mejor manera y quede turbio. Lo más recomendado es usar agua purificada, filtrada o embotellada, que tiene menos impurezas.
- Recalentar el agua: el té debe prepararse con agua recién hervida para asegurar una infusión adecuada. Recalentar el agua una y otra vez solo reduce su oxigenación, lo que puede afectar negativamente el sabor del té, dejando un gusto metálico. Además, una vez que hierve el agua hay que esperar un minuto antes de verter directamente sobre la bolsita o las hojas de té.
- Reutilizar la bolsa de té: aunque pueda parecer una opción económica, reutilizar una bolsa disminuye la calidad de la infusión. La primera preparación extrae la mayor parte de los sabores, propiedad y nutrientes, por lo que una segunda infusión no tendrá los beneficios de esta bebida.
- No seguir los tiempos de infusión recomendados: cada tipo de té tiene un tiempo ideal que maximiza su sabor y beneficios. Dejar la bolsa de té demasiado tiempo puede dar un sabor amargo, y una infusión demasiado corta puede producir una bebida insípida. Generalmente, se recomienda de tres a cinco minutos para los tés negros e infusiones, de dos a tres minutos para el té verde y Oolong y solo dos minutos para el té blanco.
- Utilizar la misma temperatura del agua: no todos los tés requieren la misma temperatura de agua. Por ejemplo, el té negro se prepara mejor con agua a 95 – 100 grados celsius, mientras que los tés verdes y blancos necesitan entre 70 y 80 grados para resaltar sus sabores y propiedades.
En esa línea, agrega que "al preparar este producto con los tiempos de infusión correctos para cada tipo, sin exprimir la bolsa, con agua hervida por primera vez, tenemos como resultado un té que no requiere azúcar, ayudando así a reducir su consumo diario".
Por último, el tea trainer recuerda que al momento de elegir un té, "es clave optar por uno que sea elaborado de manera tradicional y ortodoxa, envasado en el mismo lugar donde se produce, ya que esto garantiza su calidad, sabor y riqueza. Por ello, deben revisar el etiquetado de los envases, ya que proporciona información crucial a los consumidores".
Fuente: Meganoticias
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